La multitud
El año sabático, entre la maestría, buscar empleo y conseguir novia, metas a pronto plazo de lunes sin beca, subempleo o por honorarios profesionales.
Lo mejor, dice la abuela, cenar temprano e ir a confesarse con el párroco de la comunidad, mueve montañas la fe, le voy a mi hermana, su nieta mayor dirige R.H. número tres del país, ya con trabajo me vas ayudando, llevo semanas de espera para la siguiente médico general del seguro.
En el atrio de la iglesia, las jardineras aplastadas, quien lee desea comunidad, en tres meses menguan los ahorros de las semanas retiradas del fondo de jubilación, el aroma de las hierberías.
Danzantes de la profanidad, ni Dios llegó de España ni nos rendimos al mestizaje, solo los ladinos, abraza futura fantasía, apoyar a los partidos de oposición funcionará, las elites y hasta el pueblo necesitan del cambio.
Te cuelas mínimo a subdirector de área en la SEP, aguantas el sexenio, perfil bajo, nadie enterado a dormitar en la oficina perdida en el sótano y el cuarto de enseres de limpieza.
Hoy es lunes, mascas el chicle de tuti fruti, por la mente cruza Pet Shop Boys, tanta vitamina D de desempleado va coloreando de rojo, milímetros de arrugas equivale a no pasar del corredor.
Copal blanco en forma de nube, las nueces en los chamarros del danzante olvida, nosotros sus compañeros, no.