En Turquía estaría la solución a la paz mundial
En el territorio donde ahora es Turquía decayó el Imperio griego con la conquista de Troya, que cuando la construyeron, pensaron que sería eterna; también en su capital Constantinopla se consumió formalmente el Imperio romano después de su decadencia por destruir Jerusalem.
Pero lo más relevante de la historia de Turquía es que fue la cuna del Imperio otomano, que en su momento estabilizó al Mundo caótico de esa época, y le aportó una guía espiritual trascendental basada en el antiguo testamento de la Biblia y en sus profetas, con la que también construyeron las dos mezquitas en la ciudad amurallada de Jerusalem, protegiendo así el legado más importante del pueblo judío, que es el templo del Rey Salomón, acción histórica por la cual deberían haber estado eternamente agradecidos, hasta la fecha, con Turquía, pero, desafortunadamente, si hubo en algún momento reciente discrepancias diplomáticas entre Israel y Turquía.
Después, durante la Primera Guerra Mundial, y con la inenetendible Batalla de Galípoli, siendo Winston Churchill el principal autor intelectual de dicha catástrofe política y humanitaria, el Mundo intentó debilitar al Imperio otomano de Turquía, junto con el austrohúngaro, y de alguna manera, lo lograron, pero Turquía resurgió, y es ahora uno de los países más prósperos del planeta Tierra.
Por todo lo expuesto en el presente ensayo, sería grandioso retomar la Historia, retomar las raíces que generaron el renacimiento humano en Turquía, y lograr establecer desde ahí los lazos de paz y de hermandad que ya se deben recuperar entre los pueblos árabes e Israel, ya que, finalmente, gracias a Turquía, se preservó la profética ciudad de Jerusalem, cuna de la religión judía, y capital histórica de Israel, hasta el día de hoy.
Y sin recapitular datos bíblicos, sí es un hecho, que estableciendo la paz entre árabes y judíos, se logrará la paz mundial, incluyendo la que ya debería gestarse entre Rusia y Ucrania.