Por cierto...

Jugar a las vencidas

Óscar Tamez DETONA: El enemigo más fuerte que tiene la presidenta es su mismo equipo que juega desde el poder legislativo.
Se ha vuelto frecuente que se compliquen las reformas legislativas impulsadas desde palacio Nacional.

En política se diría que están jugando a las vencidas, es decir, los liderazgos del poder legislativo además de los metapoderes dentro de Morena se miden fuerzas, compiten en liderazgo con su líder moral partidista, bueno, a menos que no lo sea.

Ella envía sus iniciativas al mejor estilo lópezobradorista y se topa en pared, algunas se han desechado, otras reciben modificaciones y unas más, como las recientes en materia de telecomunicaciones quedan en 3 y 2.

Quizá debamos agradecer al poder legislativo que sea sensible y escuche a los mexicanos cuando existe el temor de que las reformas tengan tintes de autoritarismo y represión.

Sólo quizá.

En tiempos del tlatoani no habría sucedido algo similar, incluso, no sucedió, sus iniciativas se aprobaban hasta con los errores ortográficos de origen.

En este momento los grupos antagónicos al poder ejecutivo, aunque del mismo color, han formado un bloque «cuasiopositor» en donde el mensaje es que las cosas avanzan a los tiempos de ellos.

¿Por qué juegan a las vencidas contra ella?

Las respuestas pueden ser múltiples, y solas o unidas.  

La retan porque el tlatoani se siente relegado y pretende mandar mensajes de poder; recordando aquella frase usada en el Maximato:

“El presidente vive en palacio, pero el que manda vive enfrente”.

Hay señales de que el tlatoani pretende evidenciar que es el poder tras el trono.

Otro motivo para retarla es porque se sienten con la fuerza de competir, porque le ven debilidades o consideran no tiene la fuerza del antecesor, ya sea por su personalidad menos agresiva, por género (lo que sería detestable), por el poder amplio de su grupo, por la impunidad del fuero o porque en sus acuerdos bajo la mesa la oposición les respaldaría, esto y mil suposiciones más podrían motivar a que los coequiperos pretendan ganarle el pódium a la líder.

Es evidente que la candidata presidencial de Morena no puso a la mayoría de los legisladores en el Congreso de la Unión, muchos pensarían que por ser del mismo color habría disciplina obligada sin embargo, las disputas por el control del partido, por la selección de las candidaturas en ayuntamientos, estados y el congreso, además de la sucesión del 2030, motivan a muchos para rivalizar con su líder.

¿Qué piensa la líder de que le jueguen a las vencidas?, sólo su círculo cercano y ella lo saben, pero a este momento los demás no conocemos la verdadera personalidad de quien detenta el poder.

Sabremos de qué está hecha y cuánto poder posee en la medida que vayan saliendo las candidaturas a las gubernaturas próximas, las alcaldías y, sobre todo, la renovación de la cámara de diputados.

A finales de 2026 se irá definiendo la personalidad propia de la líder, su convicción por seguir cargando el desgaste y proteger los desaciertos del pasado y su tlatoani o deslindarse de aquel. 

A medida que se acerque junio de 2027 el poder o debilitamiento de la líder se hará visible en mayor medida, es cuestión de tiempo para saber el real estilo de gobernar en ella.

Luego del 2027 sabremos cuánto poder posee la líder de Morena, si tiene la fuerza para deshacerse de algunas de las plagas que aquejan al interior o éstas se multiplican, luego de ese año sabremos su estilo muy personalísimo de gobernar, sí más radical o más cercana al centro izquierda y entonces conoceremos si es ella quien pone al sucesor o cede ese honor.

Óscar Tamez

Expresidente de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística. Ganador del “Premio Estatal de Periodismo 2008” al mejor editorialista del año; de la “Medalla Israel Cavazos Garza” a la investigación histórica. Desde hace 23 años es periodista, locutor, catedrático de varias universidades,  consultor político e investigador histórico. Miembro del Consejo Consultivo Externo de la Facultad de Comunicación de la UANL.