¿Cómo aprender a pasar las olas?

La región más oscura de los mares y el no amor bioluminscente en Bumble

Ana Laura Martínez DETONA: ¿Puede el amor adaptarse a la falta de claridad y a las presiones emocionales, al igual que la vida en las fosas abisales?

En el intrincado misterio de los océanos, la región más enigmática y oscura se revela como “fosas abisales del océano”, donde la luz solar se desvanece en un océano de incertidumbre, en profundidades desconocidas como testigo de la máxima oscuridad.

En el vasto panorama de las emociones, el amor se presenta como una sinfonía compleja, donde cada nota, cada instrumento, contribuye a la creación de una melodía armoniosa.

El concepto del todo en el amor radica en percibir la relación de pareja como una composición completa, donde la suma de las partes resulta en algo más grande y significativo.

Desde mi divorcio me encuentro en un constante estira y afloja con el tiempo, un juego de escondidas donde mi corazón parece ser el mejor jugador. 

Hoy no soy un sí definitivo, sino una danza interminable con el reloj y las circunstancias en este laberinto de emociones, en donde de acuerdo a tu sentir yo me puse sola en ese lugar y me descubro como un constante “bad timing".

En esta perspectiva del todo, cada individuo envuelto en una conexión se convierte en un instrumento único, aportando su propia melodía al conjunto. 

Bumble se supone representan reconocimiento de la individualidad y la coexistencia, donde el amor florece al permitir que cada elemento contribuya al tejido emocional de la conexión y me he dado cuenta de que es mucho más que eso. 

No soy una negación de posibilidades, pero tampoco soy una afirmación rotunda.

Me debato entre la necesidad de entender más y esclarecer lo que aún no está claro.

¿Por qué el timing no es el correcto?

El miedo se interpone como una sombra anticipada, siempre un paso adelante. 

La oscuridad en estas “fosas abisales en el océano”, similar a la falta de claridad en las relaciones humanas, es el resultado de la absorción y dispersión de la luz.

La luz, como el amor, puede desvanecerse en la inmensidad de las profundidades, creando un ambiente donde las conexiones se exploran a ciegas como en Bumble y en donde ya no se construye nada. 

Este juego de ser un "no" en lugar de un "sí" completo, comienza a pesar en mi espíritu.

Me siento atrapada en una danza donde fluyo con el tiempo pero sin llegar a un destino fijo.

  1. ¿Por qué es tan difícil ser vista como un "sí" en lugar de un "quizás"?

  2. ¿Por qué se dan estas conexiones con personas que no se encuentran disponibles y listas en cuestiones del corazón?

Al igual que una sinfonía que abarca diversos movimientos, el amor atraviesa diferentes etapas, cada una con su propia intensidad y ritmo.

Comprender el todo en el amor implica apreciar cada momento, reconociendo que la belleza de la sinfonía reside en su diversidad y evolución constante, donde los silencios y las risas nerviosas dicen mucho más que las palabras.

El miedo de encontrarse al borde del precipicio, juega el papel principal en esta narrativa.

Es el espectro que camina delante de mí, marcando el paso y dictando las reglas.

Me encuentro compitiendo en una carrera contra el miedo, y aunque tengo todas las oportunidades para llegar primero, hay algo en su naturaleza esquiva que lo hace adelantarse a mí.

La presión extrema en las “fosas abisales”, refleja las tensiones y desafíos que el amor puede enfrentar.

A pesar de la aparente hostilidad, la vida marina ha demostrado adaptarse, análogo a cómo las conexiones emocionales pueden encontrar su camino en las circunstancias más desafiantes.

¿Elegir entre el miedo y el amor?

Es la pregunta que resuena en mi mente mientras navego por este “bad timing”.

Tal vez, en la encrucijada entre el temor, el amor y la alegría, se encuentra la llave para desbloquear este laberinto y emerger como un "sí" claro y resonante, pero ya eso no depende de mí. 

Esta danza entre la oscuridad y la adaptación nos invita a reflexionar sobre las similitudes entre los abismos marinos y las profundidades del amor. 

¿Puede el amor adaptarse a la falta de claridad y a las presiones emocionales, al igual que la vida en las fosas abisales?

La respuesta yace en la bioluminiscencia, una luz interna que algunas formas de vida marina han desarrollado para brillar en la oscuridad. 

El amor como un todo implica aceptar no solo las armonías, sino también las disonancias.

Es reconocer que las imperfecciones y desafíos son parte integral de la experiencia amorosa, contribuyendo a la riqueza y profundidad de la conexión.

Al igual que una sinfonía que se construye con paciencia y práctica, el amor requiere esfuerzo, dedicación y convicción para alcanzar su plenitud.

De manera similar, en el universo emocional humano, la bioluminiscencia se traduce en la capacidad de encontrar luz interna en las relaciones, incluso en las circunstancias más oscuras y desafiantes.

Así como las criaturas marinas iluminan la oscuridad con su resplandor, el amor puede encontrar su propia luz, emergiendo en medio de la entropía y la incertidumbre.

Así, al explorar el concepto del todo en el amor, me sumerjo en la riqueza de una sinfonía que se despliega a lo largo del tiempo, creando una experiencia única y en constante evolución que es más grande que la suma de sus partes.

En este profundo y poético paralelismo entre las “fosas abisales“, el amor en su forma mas pura y las “conexiones en Bumble”, exploro las complejidades de las relaciones humanas, donde la oscuridad no es un impedimento, sino un lienzo en el que se puede pintar la bioluminiscencia del verdadero vínculo emocional, siempre y cuando exista un querer de ambas partes.

En el tejido de las relaciones, las palabras actúan como la luz que ilumina el camino del amor, delineando contornos emocionales y proyectando significado en cada interacción o iteracción. 

Como destellos en la oscuridad, las expresiones de amor emiten una luz única que revela la esencia de los sentimientos compartidos y a partir de ahí se puede elaborar un “diseño”.

La oscuridad, en su esencia física, se manifiesta como la ausencia de radiación electromagnética visible.

Este fenómeno, ya sea total o parcial, crea un lienzo en el cual se despliegan tanto la falta de luz como la reducción en su intensidad.

Sin embargo, más allá del aspecto físico, la oscuridad adopta dimensiones simbólicas, emocionales y dolorosas.

La luz en las palabras del amor reside en su capacidad para disipar la oscuridad de la incomunicación.

Al expresar pensamientos y emociones, creamos un resplandor que despeja malentendidos y fortalece la conexión o el diseño.

Cada palabra pronunciada en esos instantes invisibles que creamos, actúan en mi día a día como un faro y me guían a través de las aguas, a veces turbulentas.

Asimismo, la luz en las palabras del amor se manifiestan en el poder sanador y conexión de la comunicación auténtica.

Al verbalizar afectos, preocupaciones y sueños, creamos un brillo que nutre el nosotros.

Esta luz actúa como catalizador, permitiendo que la empatía y la comprensión florezcan, iluminando incluso los rincones más oscuros de la duda y la inseguridad…

Así como la ausencia de luz puede sumergirnos en la oscuridad física, la carencia de claridad y comprensión puede envolvernos en la oscuridad emocional.

Este viaje desde lo físico hasta lo emocional nos lleva a reflexionar sobre cómo dentro de nuestra oscuridad, en sus diversas formas, puede ser terreno fértil para explorar y comprender las complejidades de la experiencia humana, donde la luz de la verdad y la emoción puedan reinar.

Las palabras formuladas con amor y las declaraciones sinceras son chispas que encienden la llama emocional.

En este resplandor, el amor se fortalece y se consolida, irradiando una luz que no solo ilumina el presente, sino que también proyecta hacia el futuro, dando forma a la continuidad del vínculo, pero para que eso suceda, debe radicar un querer. 

La relación entre la bioluminiscencia en el mar y el amor es principalmente metafórica y poética.

Ambos conceptos pueden asociarse simbólicamente a la luz, la intensidad y la belleza en la oscuridad. 

La luz en las palabras del amor crean un paisaje emocional radiante.

Cada expresión amorosa contribuye a la formación de un caleidoscopio de emociones luminosas que pintan la experiencia compartida.

Así, en el lienzo de este amor, las palabras actúan como pinceles que esculpen una obra maestra, inundando el diseño con luminosidad que solo palabras auténticas y afectuosas pueden brindar.

La metáfora puede extenderse a la idea de que, al igual que los destellos bioluminiscentes pueden ser impredecibles y sorprendentes, el amor también puede manifestarse de maneras inesperadas y en momentos inusuales, así como nos ocurrió.

Así, el diseño se basa en la conexión simbólica entre la luz que emana de la bioluminiscencia y la luminosidad emocional que puede aportar el amor en nuestras vidas.

Así como la bioluminiscencia ilumina las profundidades oscuras del océano, el amor bioluminiscente puede ser una fuerza que brilla en los momentos más oscuros que pueden sostener o destruir una relación.

La bioluminiscencia también se utiliza para la comunicación y la atracción en el océano

El amor bioluminiscente podría reflejar la forma en que la intimidad y la comunicación profunda entre parejas pueden brillar en la oscuridad, este tipo de amor puede ser una fuerza magnética que une a las personas.

La bioluminiscencia no es constante; tiene momentos de intensidad y momentos más tenues.

De manera similar, el amor puede tener sus altibajos, pero aun así, puede brillar en diferentes momentos creando una conexión única.

Incluso en las aguas más oscuras, el amor puede manifestarse como una luz que guía y conecta.

  • Olas como Fuerza Transformadora:
    • Las olas, en su constante movimiento y cambio, representan la dinámica de la vida. Cada ola es única y lleva consigo la historia de su viaje. La entropía se refleja en la naturaleza caótica e impredecible de las olas, marcando la inevitabilidad del cambio y la transformación constante.
  • Bioluminiscencia como Orden en el Caos:
    • La bioluminiscencia, a pesar de surgir en un entorno caótico y oscuro, introduce un orden hermoso. Las criaturas marinas emiten luz de manera controlada, creando patrones y señales específicas. Este fenómeno puede interpretarse como una manifestación de la entropía: la creación de orden y significado dentro del aparente caos de la oscuridad.
  • Ciclos de Entropía y Renovación:
    • Las olas, al igual que los ciclos de entropía en la vida, tienen una capacidad inherente de romper, disolver y renovar. Cada ola representa un proceso de cambio y desorden, pero también lleva consigo el potencial de una nueva formación, simbolizando la naturaleza cíclica de la entropía.
  • Bioluminiscencia como Información en el Desorden:
    • La bioluminiscencia, al producir luz en la oscuridad, puede interpretarse como la introducción de información y claridad en un entorno aparentemente desordenado. Este fenómeno resalta la dualidad de la entropía: la presencia de información significativa en medio del desorden aparente.

Al relacionar la entropía con las olas y la bioluminiscencia, se crea una metáfora que sugiere que, incluso en la naturaleza caótica y cambiante de nuestra vida, hay patrones y significados que emergen, como las olas que rompen en la playa o la luz que emana en la oscuridad del océano.

En el universo silencioso de tus emociones y las mías, el amor se convierte en una bioluminiscencia única, una luz que emana sin palabras, pero llena los espacios vacíos con su resplandor.

Al elegir crear amor en silencio, encuentro una conexión con la bioluminiscencia en las playas, donde la luz se manifiesta sin ruido, pero ilumina la oscuridad de manera mágica.

La elección de amar en estos instantes invisibles, por encima de simple lujuria, se asemeja al brillo de las criaturas marinas que emergen en la oscuridad del océano. 

En estos silencios, en esos espacios tan tuyos y tan míos, el amor se convierte en una luz que solo pertenece a nosotros dos, un resplandor que no puede ser poseído por nadie más, que es nuestro o más bien mío.

Adorar esto que se ha gestado en la distancia adquiere la esencia de la entropía: el desorden aparente de la lejanía se convierte en una compleja red de conexiones emocionales.

Así como la bioluminiscencia crea patrones en la oscuridad, la distancia crea un tejido único de sentimientos que solo el amor puede entender y en el que cada día nos vamos necesitando un poquito más.

Besar en el viento se asemeja a la suave luz de la bioluminiscencia en las playas, donde cada beso es llevado por la brisa sin imponerse.

El viento, como la entropía, es una fuerza natural que dispersa y redefine, pero también une en su suave abrazo.

Abrazarte en mis sueños se vincula con la idea de que el amor, como la bioluminiscencia en el océano, no tiene fin.

En los sueños, la entropía se convierte en una danza eterna donde las conexiones emocionales florecen sin restricciones. 

En este poético enlace, el amor se transforma en una bioluminiscencia única, irradiando en la oscuridad y encontrando su orden en la entropía de nuestras elecciones emocionales.

Descubrir la riqueza de pasar tiempo a solas ha sido mi mayor logro personal

En mi perspectiva, no existe tarea más crucial en esta travesía que la autoexploración.

Este tesoro de autoconocimiento no es una evolución gradual; es un destello instantáneo que atraviesa como el agua después de una tormenta, inundándote y al mismo tiempo vaciándote.

Lo experimentas en cada fibra de tu ser: en tus manos, tu corazón, tu estómago, tu piel.

¿Alguna vez te habías sentido así por alguien?

Este vínculo, este llamado a la autoconexión, no es algo que se pueda moldear con el tiempo.

Es una conexión que sucede de manera instantánea, transformándonos de adentro hacia afuera.

Si decides buscarme, ten la certeza de que estaré allí.

Si me llamas, correré hacia ti, dispuesta a compartir esta travesía única e irrepetible.

La autenticidad y la conexión conmigo misma son las fuerzas que me impulsan, y estoy lista para compartir este viaje si decides emprenderlo junto a mí y si no, seguiré labrando mi camino como hasta ahora. 

En este instante me veo atrapada entre la dualidad de esperarte con ansias o anhelar olvidarte.

La encrucijada de no saber cuál camino será, me lleva a transitar ambos senderos simultáneamente en mi mente.

Amar nunca ha sido un error, incluso con todas las adversidades en mi contra; hoy eres la única persona a la que deseo conservar en mi vida.

Rechazo ser la persona a la que recurras repentinamente porque te das cuenta de mi valía.

El amor y el compromiso son decisiones conscientes

No me comprometo contigo porque pienso que nunca encontraré a alguien mejor; lo hago porque, en lo más profundo de mi ser, siento que quiero compartir mi vida contigo.

La calidad de una relación no se basa en comparaciones, sino en la determinación de construir algo significativo.

En mi búsqueda de claridad, planteo algunas preguntas:

  • Si te encontraras en una habitación con todas las personas que has conocido en tu vida, ¿a quién buscarías?

Estas reflexiones son mi intento de comprender y navegar por los matices de nuestras conexiones. 

Requerí un tiempo considerable para entender que la vida no está predestinada a ser una narrativa exquisita.

Reconocer que no todos los encuentros están destinados a ser hogares eternos dentro de nosotros es una lección valiosa.

Algunas personas ingresan a nuestras vidas para enseñarnos a amar, mientras que otras llegan para instruirnos en la negación, en la resistencia o en el rechazo y no dejarnos destruir por ello. 

La gente puede abandonarnos, y está bien.

Sus partidas no son el fin, ya que sus enseñanzas perduran; eso es lo esencial, eso es lo que permanece.

A pesar de este entendimiento, me pregunto si eres otra lección, alguien destinado a mostrarme algo que no puedo retener.

No es una cuestión de duda, sino un temor a la pérdida. 

  • La vida ya nos ha arrebatado tanto; ¿será suficiente para la próxima?

Así que, mientras contemplo la luna, formulo mi deseo: que seamos tú y yo no solo en esta vida, sino también en la próxima.

  • ¿Puede el amor perdurar indefinidamente? 

Sí, creo que sí.

El amor genuino va más allá de ser simplemente un sentimiento; es un compromiso, una decisión constante de cuidar y respaldar a alguien a lo largo de las altas y bajas.

Implica estar presente en los peores y mejores momentos, comprender y perdonar.

Contrariamente a disminuir con el tiempo, el amor crece, se profundiza y evoluciona.

Perdura a través de los cambios, fortaleciéndose con cada experiencia compartida.

El amor es un esfuerzo continuo por mostrar amabilidad, brindar apoyo y priorizar la felicidad del otro tanto como la propia.

En su forma más verdadera, el amor es desinteresado, paciente y no vacila incluso ante las transformaciones de las circunstancias.

Es un lazo eterno que trasciende el tiempo y se mantiene firme en su esencia.

  • Elijo amarte en silencio, porque en silencio no encuentro rechazo.
  • Elijo amarte en soledad, porque en soledad nadie te posee excepto yo.
  • Elijo adorarte desde la distancia porque la distancia me protegerá del dolor.
  • Elijo besarte en el viento, porque el viento es más suave que mis labios.
  • Elijo abrazarte en mis sueños porque en mí sueños no tienes fin.

El amor, como las aguas del vasto océano, requiere movimiento para revelar su luminosidad interna.

Similar al fenómeno de la bioluminiscencia en el mar, el amor no se ilumina sin estímulo; necesita acción, interacción y conexión para brillar con intensidad.

Así como el mar no se ilumina si permanece estático, el amor tampoco revela su resplandor sin la chispa del compromiso y la participación activa.

Es en el constante fluir de palabras, gestos y experiencias compartidas donde el amor encuentra su luminosidad única.

Así, mientras sigo danzando con el tiempo, enfrentándome a mis propios miedos y dudas, sé que la respuesta yace en la aceptación y la valentía de abrazar lo incierto.

Quizás, solo quizás, en ese acto de elevarme por encima del miedo se puede transformar “esto” en un vibrante "ahora".

Como exploradora de emociones en la era digital, debo entender que, al igual que el mar que se ilumina al agitarse, el amor se enciende con la agitación constante de atención, comunicación y afecto.

La bioluminiscencia del amor es un fenómeno dinámico, una danza que se despliega a medida que navegamos por las olas de la vida juntos.

Así que, al igual que agitamos las aguas para ver el resplandor mágico del mar, recuerda que el amor también se ilumina cuando lo movemos, cuando lo activamos con nuestra presencia y compromiso continuo, porque si no se apaga y queda enterrado en la oscuridad más profunda. 

Ana Laura Martínez

Reconocida escritora, artista conceptual y oradora de TED Talks, se destaca como fundadora de la comunidad global literaria "Ana Laura Libros" y del innovador proyecto "ATELIER". En este laboratorio mexicano, fusiona sus habilidades artísticas y literarias para transformar emociones en procesos artísticos. A través de su incursión autodidacta, Ana Laura ha ampliado su enfoque, sumando el título de ARTISTA CONCEPTUAL a su faceta de ESCRITORA. Su creatividad se manifiesta en proyectos como Deconstrucciones Decorativas, Maison Tables, Denim Statements, Caligraphy Art, 28x21 Arte, Editorial ALL, Ingeniería To Go y Letras al Vacío Salinas, reflejando la diversidad de su talento en el mundo artístico y literario.