Felicitemos al niño… incluso al que ya usa corbata

Emiliano Calvert DETONA: Hoy es 30 de abril. Día del Niño.

Y como cada año, vemos publicaciones de gente adulta posando con su versión mini en alguna foto escaneada con cariño (o con filtro de nostalgia). 

Las escuelas hacen festivales, las marcas aprovechan para vendernos juguetes, y algunos aprovechan para subir TikToks actuando como niños… porque, ya sabes, contenido es contenido.

Pero este día también puede —y debería— servirnos para pausar un poco y preguntarnos:

¿Cómo están creciendo los niños hoy?

¿Nos hemos detenido, realmente, a observar el mundo que les estamos dejando en herencia emocional, social y espiritual?

Spoiler: no me refiero a los bienes raíces.

 

El entorno como maestro silencioso

Los niños aprenden con el ejemplo.

No con el PowerPoint, ni con el sermón.

Aprenden de lo que ven, lo que sienten, lo que absorben como esponjas emocionales de su entorno.

Entonces me pregunto:

  • ¿Qué aprenden cuando ven una sociedad polarizada que grita más de lo que escucha?
  • ¿Qué sienten al ver guerras en la tele mientras comen cereal?
  • ¿Qué integran en su mente cuando las redes sociales normalizan el consumo extremo, el éxito vacío y el cuerpo perfecto?
  • ¿Qué entienden del amor cuando en su casa, el cariño se mide en juguetes, pero no en tiempo?

Y no estoy hablando desde una torre de pureza moral. 

Estoy hablando desde el mismo lugar donde tú y yo fuimos niños también. 

Desde el lugar donde, si somos honestos, muchos seguimos cargando cosas que no entendimos de pequeños.

“Heridas de la infancia”: lo que no se ve, sí duele

Hace poco descubrí un concepto que me voló la cabeza y me dejó emocionalmente noqueado: las heridas de la infancia.

Y no, no me refiero a las cicatrices de la bicicleta, sino a esas emociones no resueltas que se van acumulando cuando de niños no nos supieron sostener emocionalmente.

Hay cinco heridas que suelen aparecer con frecuencia:

  1. Rechazo – Cuando nos sentimos no deseados o invisibles.
  2. Abandono – Cuando el cuidado físico o emocional estuvo ausente.
  3. Humillación – Cuando se nos hizo sentir que no éramos suficientes.
  4. Traición – Cuando alguien no cumplió lo que prometió.
  5. Injusticia – Cuando fuimos tratados de forma rígida o desigual.

Estas heridas no solo se quedan en el kínder. 

Aparecen después como adultos inseguros, hipersensibles, evasivos o con relaciones complicadas. 

Tus comportamientos no nacen de la nada. A veces, nacen de un niño al que no escucharon lo suficiente.”

 

Ser niño en México: entre ternura y desigualdad

Ser niño en México es una experiencia de contrastes.

  • Puedes vivir en una ciudad con centros comerciales llenos de pantallas, o en una comunidad donde caminar 3 kilómetros para llegar a la primaria es la norma.
  • Puedes tener acceso a YouTube antes que a libros, o crecer sin internet, pero con cuentos contados al pie de la cama.
  • Puedes celebrar tu cumpleaños con pastel de tres pisos o simplemente esperar que no haya gritos ese día.

Según datos del INEGI y UNICEF, millones de niños en México viven en condiciones de pobreza, violencia, discriminación o abandono.

¿Y sabes qué es lo más fuerte?

Que aún así sonríen. 

Porque la infancia tiene una capacidad brutal de adaptación. 

Pero eso no significa que no les duela. 

Solo significa que aprenden a seguir... aunque sea heridos.

Tu niño interior no es un meme: es tu raíz

No, no necesitas hacer un viaje espiritual a Tulum para conectar con tu niño interior (aunque si quieres ir, adelante).

Tu niño interior está más cerca de lo que crees: aparece cuando te ilusionas por algo nuevo, cuando te ríes sin filtro, cuando sueñas despierto o cuando te da miedo que te abandonen.

Cuidar a ese niño es un acto de adultez emocional.

Es decirle:

“Ya no dependes de otros para sentirte amado. Aquí estoy yo para darte lo que antes no supieron darte.”

Porque al final, no podemos criar bien a los niños que tenemos cerca si no aprendemos a sanar al niño que fuimos.

Reflexión para este 30 de abril

Hoy no celebres al niño solo con dulces o festivales.

Celebra entendiendo que los niños no necesitan más ruido, sino más escucha.

No necesitan más regalos, sino más presencia.

Y tú, adulto de 25-35 que me lees entre junta y café: date permiso de jugar, de sentir, de decir “me dolió”, de ser tierno sin pedir perdón por eso.

La infancia no se queda atrás. Se nos queda dentro.

Y si hoy la abrazas con conciencia, quizá empieces a cambiar no solo tu vida… sino la de quienes hoy apenas comienzan la suya.
Emiliano Calvert

Motivated LAE with 6 years of experience in comprehensive industrial waste management, and 1 year in Health care industry. Focused on creating, motivating, and developing results-driven teams, capable of analyzing problems and turning them into opportunities. Dedicated to systematizing through processes and methods to ensure the sustainability of results.
Alivia Operations Analyst
•⁠  ⁠Manage the behaviors of each disease to achieve the necessary supplies of medication.
•⁠  ⁠Investigate systems on the market for information management and improve decision making.
•⁠  ⁠Analyze times and movements of each of the clinics in the country and streamline logistics, inventories and purchases.