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El Klan del Santa Fe, en su segunda fecha en el Domo Care

La estrella de Ángel Quezada con su Santa Fe Klan va en ascenso, tiene sangre liviana, es diáfano y sabe manejar a sus oyentes.

Delgado. Alto. Lleno de tatuajes. A sus 22 años, Ángel Jair Quezada Jasso (Guanajuato, Guanajuato, 29 de noviembre de 1999), más conocido por su nombre artístico Santa Fe Klan, puede presumir de una carrera meteórica al éxito.

Su desenfado. Las letras directas. La conducta de autoaceptación. Bebe tequila y fuma cannabis de manera pública.

Se relaja. Lo suyo también es el cotorreo consensuado.

En la segunda presentación en el Domo Care, en las instalaciones de la exposición ganadera regional, a punto de las 23 horas del sábado 4 de julio, sus abridores ya colocaron el ambiente en ebullición.

Nacido en Guanajuato, crecido ahí en la colonia Santa Fe, Ángel Quezada ajusta con los músicos el redondel.

Los asistentes son perros, así les llama. En su lengua, la fidelidad de un can es el origen del mundo. El otro es la familia y el último, el barrio. Su orgullo de pertenencia.

Se viene desde abajo. Construye rimas a un ritmo vertiginoso. Su labia es la de un velocista de juegos olímpicos. Ríe, sonríe, le da el trago profundo a la botella de tequila.

Enciende el primer porro. Asegura es el tercero. En las partes altas y en la zona Vip, el aroma se contagia.

Las familias con sus menores se calzan en las cabezas las bandas con el nombre de la agrupación. Es difícil distinguir todo el discurso de sus aportaciones.

Santa Fe Klan se extiende con sus valedores. Las bailarinas sofisticadas se entrelazan al ritmo. Explotan cañones y entregan al aire papeles machucados.

Le da paso a Don Gabriel Dueñas. Se cuelga el acordeón. Agradece el aporte de los sonideros. Habla del compa Celso Piña. Pide aplausos a los convidados de su noche.

El creador del sonido Dueñas, salido de la parte alta de la populosa colonia Independencia, se hace chiquito. Tanta gente lo abruma.

Las notas de la canción de Don Isaac Piña, “No tienes corazón”, Santa Fe Klan se la despacha hasta la mitad.

Al cielo los recuerdos y el humilde homenaje.

En el set de cumbia, muy al estilo regiovallenato, le da vuelo a la hilacha. Lo apadrina Isaac Valdes, Campa, ex acordeonista de El Gran Silencio.

Los niños y un adulto con enanismo danzan de gavilán, dan vueltas en círculo.

Ángel Quezada les demuestra como también en Guadalajara, en la Ciudad de México o en Guanajuato, la cumbia nos gobierna.

El tercer set, el romanticismo del hip hpo, si, letras ajustadas a la experiencia de convertirse en padre, de la ausencia de los progenitores y hasta una idea muy esquiva, en el dominio del piano como instrumento base.

Santa Fe Klan o Ángel Quezada, versión mexicanizada de Snop Dog, Tupac, Biggie, de vieja escuela del Rap, del Hip Hop, destruye la frontera inexistente entre el desaparecido Control Machete, Celso Piña, El Gran Silencio y esa intentona musical llamarada de proyecto Artillería Pesada, con las rimas de Babo y el riff de La Flor de Lingo.

En el Domo Care, queda claro el detalle. Ya entrada la madrugada del domingo:

La estrella de Ángel Quezada con su Santa Fe Klan va en ascenso, tiene sangre liviana, es diáfano y sabe manejar a sus oyentes.

Solo depende de sí mismo. De evitar convertirse en miembro honorario del club de los 27.