El envejecimiento de la población

Alberto Martínez DETONA: El avance en la ciencia médica y el mejoramiento en los niveles de calidad de vida y acceso a ciertos servicios públicos ha generado que hoy las poblaciones vivan más tiempo.

Recientemente, el Presidente anunció que el próximo 5 de febrero presentará un conjunto de iniciativas en donde propondrá cambios al sistema electoral, además de la extinción de los organismos autónomos, cuyo nacimiento se debe a otorgarles autonomía técnica con el objeto de que sus decisiones no estuvieran sujetas a cuestiones políticas.

Como parte de los argumentos o sin razones presentadas, el presidente López Obrador mencionó que los ahorros que se pudieran generar derivado de la extinción de estos organismos se destinarían al pago de las pensiones para los mexicanos; sin embargo, tuvo la preocupación de mencionar que la nómina sería absorbida por el gobierno federal, con lo cual los probables ahorros a obtener se reducirían en casi 75%, ya que ese es el costo de la nómina en estos organismos.

Más allá de la perversión de la propuesta y la maniquea presentación que realiza el Presidente, lo cierto es que el tema de las jubilaciones y el futuro del sistema de pensiones es un tema poco abordado por las presiones financieras que suele ejercer este tema en las finanzas públicas.

A nivel mundial, la sociedad enfrenta un problema de envejecimiento: el avance en la ciencia médica y el mejoramiento en los niveles de calidad de vida y acceso a ciertos servicios públicos ha generado que hoy las poblaciones vivan más tiempo.

La persistencia de desigualdad continúa y en algunos casos, se ha ensanchado; sin embargo, el mejoramiento de la vida en común, además de la reducción del nivel de nacimientos, ha hecho que el promedio de edad sea alrededor de los 40 años.

En este orden de ideas, recientemente el demógrafo y consultor independiente Joseph Chamie, indicó que la sociedad estadounidense se encuentra en un proceso de envejecimiento que presionará la salud de la economía, ejemplo de lo anterior son los siguientes datos:

  • En 10 años, por ejemplo, se estima que el gobierno federal de Estados Unidos gaste la mitad de su presupuesto en personas de 65 años o más. Ese gasto se utilizará para apoyar a los estadounidenses de edad avanzada, en gran medida para atención médica y beneficios de jubilación. Sin suficiente asistencia gubernamental, muchos estadounidenses de edad avanzada tendrán que renunciar a la atención necesaria o depender de la asistencia y el cuidado inciertos de familiares y amigos.
  • Entre los hogares encabezados por alguien de 55 años o más, casi la mitad carece de algún tipo de ahorro para la jubilación. Además, cerca del 30 % de quienes están jubilados o a punto de jubilarse no tienen ahorros para la jubilación ni un plan de beneficios definidos.
  • Alrededor del 80 % de los estadounidenses de 65 años o más tienen al menos una enfermedad crónica, y alrededor del 68 % tiene dos o más.
  • Se estima que casi la mitad de los estadounidenses de edad avanzada padecen artritis, una cuarta parte tiene algún tipo de cáncer y una quinta parte tiene diabetes. Un tercio de las personas mayores tiene problemas cognitivos y aproximadamente la mitad de ellos padece demencia.
  • Se calcula que aproximadamente 70% de los adultos estadounidenses de 65 años o más necesitarán cuidados prolongados en algún momento, siendo la duración promedio de la estancia en cuidados prolongados de unos tres años. En 2021, los costos anuales promedio de los cuidados a largo plazo en Estados Unidos oscilaron entre 35 mil y 108 mil dólares.
  • En 2034, la proporción de la población estadounidense de 65 años o más superará a la de niños menores de 18 años, por primera vez en la historia de ese país.
  • La tasa de fertilidad de Estados Unidos es de casi medio niño por debajo del nivel de reemplazo de 1,7 nacimientos por mujer.

El gobierno de Estados Unidos y sus ciudadanos parecen no estar listos para abordar las desalentadoras consecuencias del envejecimiento de la población para la economía, la fuerza laboral y los programas de prestaciones sociales del país.

Fuente para esta editorial: IPS noticias.

Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.