66 años no han servido de nada: Parte 1

El Balsero DETONA® Cuba, esa hermosa isla que adorna el mar caribe, no tiene remedio.
https://vimeo.com/1091444957

Flota por causas naturales y no se ha hundido porque pareciera que en medio de la oscuridad de donde flota, espera un milagro que la haga renacer.

Pero hasta el gentilicio de sus habitantes le hace daño. Es como si negaran su existencia. Cubano. Cuba no.

Cuba solo existirá sin los cubanos.  

Y sé que a partir de hoy muchos empezaran a odiarme, pero cuánta razón tenía mi esposa cuando un día —de hace muchos tiempo—, me dijo: Cuba, jamás será libre, mientras exista un solo cubano sobre la faz de la tierra.

O sea, dicho en otras palabras, no significa que tenga que desaparecer toda la raza cubana, pero si es imprescindible, que todo cubano se cambie el cerebro, se resetee o se reinicialice, borrando del cerebro lo mucho o poco que vivió en la isla posterior a 1959. Borrando toda influencia castrista.

Limpiando o desinfectando todo el espacio contaminado por esa pandemia llamada socialismo o revolución cubana.

Incluso, las grandes diferencias que existen entre los propios cubanos del exilio se pueden ver, en correspondencia con el año que el cubano llegó al país que tuvo oportunidad de quedarse o ser reclamado por un familiar.

Entre más influencia tuvo del castrismo menos calidad hay en el ser humano que se esconde en ese cubano.

Y lo digo con mucho respeto.

No es mi intención ofender, pero si buscar una correlación generacional que nos permita entender el conflicto cubano.

El por qué ha durado tanto una dictadura que lo único que ha hecho es hacer daño. 

  • ¿Cómo entender ese masoquismo?
  • ¿Cómo entender que entre más  humillado y explotado seas, más defiendas y mantengas a esos tiranos en el poder?

Podemos dejar esto como un tema abierto y que cada uno busque una explicación, pero no puedo callar más esto que me oprime el pecho al ver tanta incoherencia, tanta traición, tanta falsedad e hipocresía en esos cubanos que desde adentro o desde el exilio, defienden hoy día a esa dictadura o solo buscan del “conflicto Cuba”, alimentar sus cuentas bancarias y reforzarme la idea que el anticastrismo ha sido siempre el negocio más rentable para una parte del exilio cubano.

Y sí, cada día reafirmo más, hemos sido objeto del experimento social más macabro que haya sido sometido sociedad alguna.

¿Cuánto daño antropológico? 

Empecemos con la primera gran migración cubana sucedida entre 1959 a 1962, incluso hasta 1965.

En su gran mayoría eran personas de muy buena posición económica.

Persona que vieron a tiempo lo que se  venía con la llegada de la revolución de Castro.

Este grupo tenía en común que conocían al capitalismo, lo vivieron y además disfrutaron de esa época de esplendor de la economía cubana.

Estos cubanos llegaron a Estados Unidos con dinero y contribuyeron en gran manera a lo que es hoy en día el Estado de la Florida.

Una parte de esta cubanía tuvo que llegar a Miami con una mano adelante y otra atrás, pero con una cultura  del trabajo que les permitió salir adelante muy rápido.

En resumen, este grupo de la primera oleada migratoria tenía una mente distinta.

Salieron de Cuba por la “Amenaza Roja” del comunismo Ruso que llegaría a Cuba, evidentemente con la llegada de Fidel al poder.

Una pequeña parte de este exilio se dedicó a hacer política y es aquí donde está incluido el exilio duro, el exilio intransigente, el exilio convencido de que con la revolución marxista leninista de Castro no había nada que negociar. 

Había que borrarla de la faz de la tierra.

En este gran grupo hubo una parte formada por los niños de aquella famosa operación Peter Pan.

Niños que no alcanzaron a escuchar el “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”.

Niños que fueron con solo una maleta donde simbólicamente se llevaban sus más lindos recuerdos infantiles.

Muchos de ellos jamás volvieron a ver a su familia o tuvieron que esperar muchos años para la reunificación, y en su gran mayoría fueron adoptados por familias americanas o cubanas de buena posición económica.

Esos niños crecieron con valores y sobre todo en una cultura del trabajo.

Pudiera afirmar sin miedo a equivocarme, que todos llegaron a alcanzar el sueño americano, aun con las secuelas que siempre causa el exilio.

Si para una persona mayor implica demasiados cambios y sacrificio, imaginen para un niño llegar a un país extranjero, solos y peor aún, sin familia. 

Me hubiera encantado ser parte de este grupo de niños.

Haber tenido ese privilegio de escapar del infierno sin la mente dañada por el adoctrinamiento comunista.

En esto radica parte de esa amplia explicación de por qué ese pueblo cubano sigue humillado ante una  dictadura que los somete día a día.

Y cabe entonces una pregunta con base en el titulo de este artículo.
  • ¿Acaso 63 años de sufrimiento no han  valido la pena ni para intentar borrarla por completo?
  • ¿Qué espera el  cubano?
  • ¿en verdad espera un milagro? 
https://vimeo.com/1089261994
https://vimeo.com/1015118818
El Balsero

El Balsero vivió en Cuba hasta los 32 años, donde experimentó de primera mano la falta de libertades, la pobreza y las dificultades cotidianas. Tras establecerse en México, comparte su historia y visión crítica sobre un sistema que prometió igualdad, educación y salud gratuitas, pero que en la realidad derivó en un fracaso económico y social.