El silencio del aula virtual

​​​​​​​Alguna vez fui campesino. Quizá a mi manera lo sigo siendo. Mi madre y yo vendimos fruta, tortas, dulces y refrescos en una carreta jalada por un burro.

Fui ayudante de albañil y yesero. Repartí cervezas y refrescos en un triciclo, vendí raspados (yukis), cuidé casas, pinté puertas y ventanas y aprendí a usar el torno y la fresadora en pequeños y grandes talleres de torno.

Después me hice poeta. Y periodista. Dirigí un archivo histórico, he sido funcionario menor y promotor cultural y tallerista.

De un tiempo a esta parte, mi vida dio un giro total: la pandemia me mandó a casa.

Dije adiós al editor y al burócrata de la cultura y me subí al vagón de la docencia.

Un poco antes entregué la revista Armas y Letras y guardé en una caja con diez candados los cargos que no ocupé.

Ahora soy maestro universitario. Y lo que más me aterra es el silencio del aula virtual.

NI BULTOS NI ZOMBIES

Les digo a mis alumnos que no me gusta trabajar con bultos ni con zombis y que el conocimiento lo hacemos entre todos.

Se impone un silencio fulminante y me hundo en el asiento poco a poco hasta convertirme en una gota de agua, un montoncito de arena o un globo sin aire.

Hasta que el sonido de un micrófono enciende la luz del aula virtual y una voz tímida y suave ahuyenta al silencio.

Hace poco hablamos de videojuegos. Las palabras clave fueron: adicción, secuelas, regulación, habilidades, ocio, límite de tiempo, negocio, responsabilidad, China, realidad, ficción, entretenimiento y alternativas.

El silencio del aula virtual acecha. Pero es incapaz de sobrevivir si hay puntos en común.

Y por supuesto al alumno tampoco le gustan los bultos ni los zombis.

Ni los adefesios del viejo sistema de enseñanza que insisten una y otra vez en que la letra con sangre entra.
Margarito Cuéllar

Ganador de galardones de poesía en México, Ecuador, Francia, España y China. El más reciente fue la edición 2020 del Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez en Huelva, España. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte en el área de letras.  Maestro en Artes por la UANL. Ha publicado crónicas, entrevistas y artículos para medios locales y nacionales. Autor de una veintena de libros de poesía. Maestro universitario, promotor cultural y editor. Autor del libro de cuentos Los riesgos del placer y compilador de la obra José Alvarado (Cal y Arena/ UANL, 2018).