Mis mensajes de madres y abuelas
El célebre cantautor argentino escribió este gran mensaje relacionado con lo que aprendió de su mamá; hoy, lo quiero compartir con ustedes junto con otro mensaje relacionado con el tema de las abuelas, que en muchos casos actúan como mamás. Y continuó escribiendo lo siguiente:
Hace tiempo, recibí un mensaje relacionado y titulado: "Abuelas". Léalo, pero sobre todo aprenda de él, y coméntelo con su mamá y su abuelita:
"Tu mamá decide en tu niñez lo que más te conviene, pero la abuela decide lo que más te divierte. Abuelas y nietos viven al día. Abuelas y nietos gustan detenerse a observar las mariposas y a hablar con los gatos. Las abuelas pasan de tu plato al suyo la verdura que no te gusta. Las abuelas "están de acuerdo" con las madres, pero consiguen cambiar un poco sus ideas. Una buena abuela deja que le cuentes todo el argumento de la película que también ella vio por televisión".
El mensaje continua diciéndonos que:
"La abuela escucha cuando nadie prestaría atención. Las abuelas están dispuestas a decir: ´no importa, cariño, ya se te pasará, de verdad´. Lo que hace a una abuela tan especial es que siempre está allí por nosotros. Siempre".
Es increíble que de la noche a la mañana, una dama madura aprenda a sentarse en el suelo con las piernas cruzadas, a tocar un tambor de hojalata, cantar villancicos, hacer flores de papel, dibujar créditos y coser ositos de peluche gravemente dañados.
Estimados lectores.
Si tienen una abuela así, quiéranla mucho, cuídela y aprendan de ella. Si usted es una abuela así, que Dios la bendiga y siempre la conduzca por el camino de la felicidad. Afortunadamente yo estoy casado con una abuela que es así.
HIJO, TE AMÉ LO SUFICIENTE...
Finalmente, les mando un mensaje de aliento a las mamás que hacen hasta lo imposible para educar y formar a sus hijos:
"Algún día, cuando mis hijos sean suficientemente grandes para entender la lógica que motiva a los padres, les diré:
´Te amé lo suficiente, como para preguntarte a dónde ibas, con quién y a qué hora regresarías a la casa.
Te amé lo suficiente, como para insistir en que ahorraras dinero para comprarte una bicicleta, aunque nosotros, tus padres, pudiéramos comprarte una. Esto con el fin de motivar en ti el hábito del ahorro.
Te amé lo suficiente, como para fastidiarte y estar encima de ti, durante dos horas, mientras arreglabas tu cuarto; un trabajo que me hubiese tomado a mí, sólo 15 minutos, pero quería motivar en ti el hábito de limpieza.
Te amé lo suficiente, como para dejarte ver mi ira, desilusión y lágrimas en mis ojos. Los niños deben comprender que los padres no son perfectos.
Te amé lo suficiente, como para dejar que asumieras la responsabilidad de tus acciones.
Pero, sobre todo, te amé lo suficiente, como para decirte que no, cuando sabía que me ibas a odiar por ello.
Esas fueron batallas muy difíciles para mí. Pero ahora, estoy contenta por haberlas ganado, porque al final también las ganaste tú. Y algún día, cuando tus hijos –mis nietos– sean suficientemente grandes para entender la lógica que motiva a los padres, ¿tú, qué les dirás sobre nosotros?".
Deseo que en el mundo, cada niño asustado, solitario, enfermo o desconcertado, tenga una abuela hacia la cual correr.