Rápidos y Furiosos 10 - Fast X / EUA, 2023
Después de ver la película Rápidos y Furiosos 10, se me vino a la mente una crítica de 300 kms por hora, a la par de la velocidad de los carros que maneja Dominic Torreto en la franquicia que lleva ya 22 años en la pantalla grande.
De ser una película de carreras callejeras y robos de autos, la familia compuesta por tantos ha cambiado de giro a convertirse en “apaga fuegos” de alta tecnología y guardianes mundiales de la paz y el orden (¡madre de dios!).
Mientras otras franquicias anuncian “en la tercera parte termina la historia”, Rápidos y Furiosos sigue y sigue y sigue, cortesía de mucha gasolina y suficiente óxido de nitrógeno.
En la décima entrega, Toretto (Vin Diesel) debe enfrentarse a Dante (Jason Moma), hijo de Hernán Reyes (Joaquim de Almedia) que en la 5ª película le roban una bóveda de dinero completa y la pasearon por las calles de Río de Janeiro.
El hijo se toma 10 años para calcular su venganza sobre la familia de Dominic Toretto, y es tan amplia que al parecer tomará una 11ª y 12ª producción cinematográfica para elaborarla.
La dirección que recorre a toda velocidad Rápidos y Furiosos 10 es muy peligrosa, si de buenas a primeras vemos que salen todos los de siempre, la familia de Toretto completa ya sea de recuerdos o ejerciendo físicamente sus habilidades en el filme. Pero en esta ocasión, el guion es de las peores historias, y no me refiero a la dotación de exageraciones y jaladas de los pelos:
Me refiero a que la historia está tan desparramada que quiere abarcar todo y no logra mucho.
Todos anda por sin ningún lado con tramas “qué onda con esto” que no tienen sentido a la historia en general.
El director Louis Letterier (El Transportador) que sustituye a Justin Lin (por discusiones con Vin Diesel), sí le da un sentido diferente a las coreografías de persecuciones y escenas estrambóticas, y hasta ahí bien... pero la trama es cada quién por su lado haciendo la historia mero trámite y sin sentido.
Mucha escena de relleno, demasiadas. Muchas se pudieron eliminar y no hubiera pasado nada... como que guardan mucha de la trama para las subsiguientes 11ª y 12ª partes.
Meter a Cypher (Charlize Theron) ok, pero demasiado complicado por los eventos en los que ella ha estado relacionada en previas películas. Pero no importa, Lety (Michelle Rodriguez) y ella se van a dar de golpes en otra escena que no viene al caso.
Da pena ajena ver a John Cena como Jakob, más bien dicho a Peacemaker (su personaje del universo de DC), como colado en la fiesta.
Jason Moma también, haciendo a una especie de Joker gay y brasileño.
Scott Eastwood regresa como "Pequeño Don Nadie", y la aparición del nuevo personaje de Tess (Brie Larson) parece una reunión de superhéroes sin capa (Peacemaker, Capitana Marvel, dos Aquamanes, Groot, Ratcatcher y Black Adam).
Bien, todo sigue igual...
Carros vuelan por los aires, carros caen de los aires, nunca se le truena una llanta al auto de Toretto, los autos pueden ganarle la carrera a explosiones, y le sumamos que obviamente la película es un mero preámbulo a otro puente que será Rápidos y Furiosos 11.
Hay un cameo extremadamente sorpresivo al final, así como un final final ya no tan sorpresivo durante los créditos (ya todo mundo sabíamos), y como suele suceder durante toda la franquicia de Rápidos y Furiosos: verla se trata de apagar el cerebro y disfrutar la aventura... Sólo que en esta ocasión se trata de apagar el cerebro y ponerlo en suspensión animada demasiado profunda.
Me remito a las palabras de Dominic Toretto: “Tu error fue no quitarme el carro”, y precisamente esa es la vida de esta franquicia.
Mientras haya carros, habrá películas.