De pelicula: Waldo Fernández dice adiós al Congreso de NL, va por el Senado
"Hoy cierro una etapa importante de mi vida profesional y lo digo sin falsas modestias, con la certeza del trabajo bien hecho, del trabajo bien desempeñado", expresó, a modo de despedida, con voz firme, el aun diputado de Morena Waldo Fernández González, al finalizar su Segundo Informe de actividades legislativas.
Creativo y audaz a su espalda, en una pantalla gigante, se proyecta la frase: Dos años de buena política.
Fue un evento de pelicula en el emblemático Cinema Río 70 de Monterrey, que lució a reventar, como si se tratara de la premier del filme de moda.
Ahí en un singular escenario, el legislador se sinceró y externó abiertamente su decisión de ir en busca de un escaño en el Senado de la República. Los más de mil asistentes escucharon aquel anuncio repentino sentados al filo de la butaca.
“Les digo de frente, sin columnistas, sin rumores ni trascendidos que quiero ser senador de Nuevo León y lo haré por las vías que decida mi partido…”, pronunció y el auditorio se sacudió con los aplausos y exclamaciones de apoyo de un público entusiasta y tal vez agradecido, por ser parte de los beneficiados por los apoyos sociales que ha repartido el diputado en estos 735 días que ha ocupado una curul en el Congreso de Nuevo León.
"¡Es un honor estar con Waldo hoy! ¡Es un honor estar con Waldo hoy", explota otra vez el Rio 70. El protagonista, ataviado en saco sport, pantalón de mezclilla y tenis negros, manifiestó emocionado:
“Voy a ser Senador de Nuevo León por Morena, de la mano de ustedes, ¡vamos a transformar Nuevo León!”, manifestó.
En su rendición de cuentas, Waldo exhibió en un documental la situación actual que vive Nuevo León, la labor del Congreso del Estado y su trabajo en las calles, y destacó la importancia de “ciudadanizar” al poder Legislativo y terminar con la “mala política” que hoy subsisten en el Estado.
Al concluir el acto, como todo un rockstar, Waldo Fernández atendió un singular "besa manos" que se convirtió en una inmensa fila de simpatizantes: hombres, mujeres, jóvenes, abuelitos y personas con capacidades diferentes que solo deseaban saludar a su representante popular, y de paso tomarse la selfie del recuerdo.