¿Con oro nada hay que falle?

Poderoso caballero, don Dinero, decía Quevedo en otro clásico.

Borrego dixit
Salvador Borrego, Ph. D.
La lucha por el poder, opus 3-63
XI-2-2022

Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe.

El significado del anterior epígrafe es el siguiente: Quien se expone con frecuencia a las ocasiones de peligro tarde o temprano quedará atrapado en ellas.

Tal es el caso de AMLO, que esta semana registra una Alerta Negativa en su aprobación, después de exponerse a los peligros derivados de tantos yerros, el último de los cuales fue su absurda cuarta visita a Badiraguato, Sinaloa, de nochecita, sin testigos, como dicen que lo hacen los amantes furtivos (en realidad el adulterio es diurno).

Pero la prudencia nunca se ha caracterizado por acompañar a AMLO, porque en términos generales no la ha necesitado; sus equivocaciones, que han sido muchas, siempre las ha transferido a otros, y aunque tales transferencias resulten increíbles o absurdas, un pacto no escrito entre él y sus seguidores es hacerse pendejos solos y colectivamente, para darle siempre la razón.

Es así que en el 2006, teniendo ganada la elección, no fue por su pendejada del “cállate chachalaca” que perdió, sino por el inventado fraude perpetuado por Felipe Calderón y el IFE. 

La indulgencia que AMLO siempre ha disfrutado entre su feligresía y su entorno social inmediato, terminó por hacerlo temerario; cada vez enfrenta riesgos mayores y no solo para su imagen, confiado siempre en que sus errores quedarán sin consecuencias. Esta semana da la impresión de que, como diría el filósofo José Alfredo Jiménez “hoy tú buena suerte, la espalda te ha volteado”, y le sonó una Alerta Negativa, que podría ser flor de un día, o el principio del fin de una larguísima y costosísima luna de miel con La Muchacha.

Por lo pronto, todo indica que el tema del INE está en el fondo de este desgaste, pues por más que AMLO pretenda, una vez más, hacer pendejos a todos, afirmando que quiere evitar fraudes, la verdad revelada a aquellos dispuestos a abrir sus ojitos, es que la pretensión es justo lo contrario: coptar al INE, para mantener fraudulentamente el poder.

Pero nada arredra a nuestro temerario presidente, aunque ya recibió no solo el aviso de alerta por parte de La Muchacha, sino también de los obispos, los empresarios y algunos intelectuales que le advierten que no se meta con su cucu, AMLO, como Juan Charrasqueado, parece gritar “estoy borracho y sin embargo soy buen gallo”, y don Víctor Cordero podría advertirle: “son muchos hombres, no te vayan a matar”.

Los dejo con el video de resultados y la valoración de Adolfo González:

2 DE NOVIEMBRE DE 2022
EL SEXTANTE
Por Adolfo González

“Desgraciados los tiempos en que los locos llevan de la mano a los ciegos.” - William Shakespeare (El Rey Lear)

Ahora que estamos en tiempo de Santos y Difuntos, visionando una magnífica versión del Juan Tenorio de Zorrilla, me llamó la atención un pasaje. Una criada pregunta: “¿Y quién abre este castillo?”. Don Juan contesta, “Este bolsillo”, a lo que añade:

“Con oro nada hay que falle”.

Inmediatamente se me vino a la memoria, vayan ustedes a saber por qué, la técnica de sostén y apuntalamiento que, según nos dicen los datos, lleva bastante tiempo empleando Andrés Manuel López Obrador. Los programas sociales. Poderoso caballero, don Dinero, decía Quevedo en otro clásico.

Y así, con más de la mitad de la población percibiendo dádivas, camina AMLO en eso que pomposamente llaman la Cuarta Transformación.

Pero he aquí que, de repente, la medición de SABA Consultores de este lunes nos informa de un tropezón para el Presidente, y también para su partido.

Les confieso que iba a anteponer, casi mecánicamente, la palabra inesperado al acontecimiento, pero me he dado cuenta de que sería una denominación inadecuada. Hacía semanas que los datos mostraban un debilitamiento, si no intenso, sí continuado, que podía presagiar cambios.

Lo que sucede hoy es que el Presidente cae súbitamente a la alerta negativa en aprobación, y sus calificaciones altas también lo hacen, aunque solo al grado de advertencia. Paralelamente, Morena se desploma en identificación, también hasta el aviso negativo, y cae más moderadamente en intención de voto.

El detalle está en que, en este último caso, ningún partido se beneficia de ello, y en el caso de AMLO, ni su desaprobación ni sus calificaciones bajas aumentan. Es decir, es un desencanto entre los propios seguidores, probablemente entre los menos acérrimos, o entre aquellos que empiezan a decir “me canso, ganso”.

Pero hay algo más.

En todos los casos, en los hipocentros aparecen favoreciendo a AMLO los perceptores de programas sociales, algo que no es nuevo. Lo que sí es novedad es que, en el lado contrario, aparezcan quienes no los reciben, un sector habitualmente pasivo en estas lides.

Habló el Dr. Borrego, atinadamente, de la envidia, mal que aqueja con especial virulencia a los hispanos, heredado desdichadamente de la madre patria. Cabe también la posibilidad, que no excluye lo anterior, de que cada vez sean más quienes necesitan tales dádivas. Y de que el oro ya no esté alcanzando a cuantos reúnen las condiciones, con la consecuente irritación de los excluidos con quien reparte pero no cuenta o no puede contar con ellos.

La economía está empezando a no tener tan buen rostro como proclama el apellido de la titular de la secretaría correspondiente, y de hecho ha escalado a la segunda preocupación ciudadana, solo por detrás de la inseguridad.

El otro punto interesante es la repentina alerta favorable de Monreal en la carrera de “corcholatas”, al tiempo que Claudia y Marcelo revierten los avisos positivos previos.

Ricardo anda aún bien lejos de los puestos de cabeza, pero su pugna con Sansores (que es gente de Sheinbaum) parece haberle reportado algún rédito.

Mientras, el otrora moderado secretario de Gobernación, sigue repartiendo discordia y ejerciendo de poli malo, estridente y faltón. Hay quien dice que es estrategia electoral, yo soy más de pensar que les hace falta crispación y polarización para que don Andrés se sienta en su ambiente. Mas quizá esa estrategia ya no esté, igual que el oro, funcionando con tanta rentabilidad.

El respaldo, aun así, sigue siendo abrumador. Y siempre quedarán, claro, los más contumaces, que no son pocos.

Ya lo dijo Santayana: "fanático es aquel que redobla el esfuerzo después de haber olvidado el objetivo".
Adolfo González

Analista político, historiador y diplomado en Ciencias Sociales y Jurídicas por la UJA. Ha desarrollado actividades empresariales en los ámbitos de la formación y la consultoría legal. Ha publicado colaboraciones en numerosos medios escritos y digitales. Actualmente reside en su país, España, y es especialista en el análisis e interpretación de la Metodología de SABA Consultores para la medición de la opinión pública, única en el mundo.