Xóchitl, una marca ciudadana
La ciudadanía decidió y Xóchitl Gálvez será la candidata de la oposición a la Presidencia de la República.
Con esa decisión, el México que hoy lucha por defender la democracia se coloca al frente de una nueva era política.
El proceso no llegó al final, pero eso no evita que Xóchitl sea un producto y una marca de la sociedad. Ella es resultado de un proceso inédito donde la ciudadanía participó, por primera vez en la historia, en la designación de una candidatura.
Xóchitl lo ha dicho. Las firmas que recibió fueron orgánicas. Se la dieron hombre y mujeres libres. No los partidos. Por ello, no será una candidata común, representa a quienes luchan desesperadamente por impedir la destrucción del país.
Lo dijo bien Xóchitl: no le quitemos mérito a ella haciendo caso a los dichos de López de que fue impuesta, pero tampoco a un método que construyó en buena medida la sociedad.
Habrá una candidata que hablará a nombre de los millones de víctimas que ha dejado a su paso la maquinaria autoritaria del régimen. No llega a la contienda para representar o defender una doctrina partidista sino una causa nacional.
El método del Frente Amplio opositor es inédito y por eso muchos no lo entienden o no lo quieren entender.
A Beatriz Paredes nadie la bajó, nadie baja a una política de su estatura. Las encuestas eran claras, ella misma lo reconoció y decidió sumarse para defender al país de una amenaza antidemocrática.
Quienes hoy desde los medios insisten en descalificar el proceso porque no se hizo a gusto de ellos están mirando los árboles y no ven el bosque. Se les olvida que el Frente Amplio no nació para promover personas, se creó para construir un ejército ciudadano de movilización dispuesto a impedir que Morena se recicle en el 24.
López Obrador insiste en que el proceso de sus opositores quedó “mocho”. El presidente hubiera funcionado muy bien como buey de arado. Un animal que sólo sabe ver para un lado. Por ser un dogmático autoritario no puede entender que en las primarias hay declinaciones y que se deben ir adaptando al cambio de circunstancias.
El Frente Amplio y Xóchitl Gálvez es lo que hoy tiene el país para ir a la guerra.
Este es el principio de la formación de un ejército ciudadano que tendrá que ir creciendo para votar masivamente en las urnas el 2 de junio e impedir un golpe electoral.
Y un golpe electoral significa muchas cosas: Que las elecciones pueden ser canceladas, que las urnas pueden ser tomadas por la delincuencia organizada, que los aliados criminales del régimen pueden incendiar el país e instrumentar el más cínicos de los fraudes.
No nos equivoquemos. Xóchitl Gálvez no es una anécdota. Representa la defensa de una nación en llamas.