El "kiko" de Rubiales: ¿Victoria feminista?
1.
El profesor de canto en un colegio católico acaba de ser despedido.
Se le advirtió durante semanas que ya no llamara “campeones” a los niños del coro ni “muñecas” a las niñas.
Un colectivo femiista, encabezado por una aguerrida jovencita de preparatoria, lo acusó de machista, misógino, sexista, patriarcal, y de reproducir esquemas de discriminación hacia las mujeres. No se tomó en cuenta que el maestro es papá y abuelo, y que de esa manera llama a sus hijos y nietos desde hace 50 años.
La directiva de la escuela debió ceder a las protestas de las muchachas, quienes ven en la destitución una victoria feminista.
2.
Resulta curioso, sin embargo, que la lideresa es novia de un muchacho cuya principal cualidad es ser hijo de próspero empresario, donador habitual del colegio -una placa con su nombre está en el gimnasio- e influyente miembro de la sociedad de padres de familia. Confiado en ese linaje, el junior falta a clase cuando quiere, se droga y, especialmente, trata como una cosa a su novia: la ridicuiza en público, la estruja, y son conocidas sus infidelidades.
“¿Cómo es posible que andes con ese patán?”, cuestionan sus amigas a la combativa chica. “Con él tengo asegurado mi futuro”, se justifica.
3.
Luis Rubiales, Presidente de la federación Española de Futbol, besó en los labios a la jugadora Jenni Hermoso, durante la celebración por la victoria hispana en el mundial femenino, el pasado 23 de agosto.
Ríos de tinta y millones de comentarios electrónicos desató ese gesto, minimizado por el llevadito -“fue sólo un ‘kiko’, debido a la euforia del momento”- y estigmatizado por quienes consideran polìitcamente correcto situarse del lado del feminismo. La saga ha adquirido dimensiones de telenovela, en la que el villano se defiende con todo, y la opinión pública ha logrado…
4.
… que la federación lo castigue, mientras la afectada ya lo ha denunciado ante la Fiscalía General del Estado español.
Los comentaristas deportivos se han volcado en calificativos contra el besucón: pedante, machín, engolado, jactancioso y otros sinónimos menos elegantes. Llama la atención que uno de estos profesionales del micrófono, ampuloso en sus denuestos contra el federativo, fue demandado por su exesposa a causa de los golpes que le propinaba, y por no cumplir con la pensión alimenticia que un juez le impuso después del divorcio.
Él también dijo que la condena pública al directivo andaluz es un triunfo del feminismo.
5.
Y sí. El lenguaje utilizado por el profesor referido, aunque con la aureola del cariño y la ternura, puede esconder una dominación machista que debe ser combatida, sobre todo si quien recibe esos epítetos se siente incómodo con ellos.
Y sí. Un beso en los labios no consentido tampoco puede ser aceptado. Es una muestra de amor que implica aceptación mutua, y aunque el beso robado tenga su celebración propia, el seis de julio, y pueda hasta agradar a quien se lo hurtan -ha dado origen a bellas cancones románticas-, debe ser condenado.
Pero: ¿estos éxitos se inscriben en las grandes causas del feminismo?
6.
Rubiales ha sido cesado, pero las mujeres siguen cobrando 20% menos que los machos en casi todos los empleos; el querendón español ya ha sido vilipendiado, pero la trata y comercio de muchachas para la prostitución es tolerada por todos los gobiernos del mundo, incluído el ibérico- ¡cuanta complicidad habrá en esa tolerancia-; y el señor amante del futbol, que ve complacido la lapidación del posible delincuente desde su televisión, atendido -“como debe ser!- por su esposa, seguirá tratándola sí, con respeto, proveyendo su estabilidad, pero siempre situándola en un nivel inferior, porque él-es-el-señor-de-la-casa.
7.
Cierre icónico.
En todos los congresos del mundo entero hay discusiones y hasta pleitos. Pero habitualmente se dan por las diferentes visiones ideológicas que tienen los partidos, o por la aprobación de leyes que, alguno de ellos considera, peuden perjudicar a la ciudadanía representada.
Pero lo que pasa en Nuevo León no tiene nada qué ver con proteger los intereses de los ciudadanos.
Estamos ante disputas partidistas por dinero, sólo dinero, en las que se utilizan todos los recursos para desacreditar al adversario, y en las que lo menos importante es el bienestar de los votantes.