La manipulación emocional en tiempos de polarización

¿Nos están imponiendo una agenda sin considerar nuestras ideas y metas?

¿Están políticos y grupos de interés jugando con nuestras emociones a fin de influir en nuestra toma de decisiones? ¿Nos están imponiendo una agenda sin considerar nuestras ideas y metas?

¿Es posible que cambiemos el orden de los controles?

LAS DECISIONES

Las ideas, pero sobre todo las emociones, son los motores que impulsan nuestras acciones, pues nos mueven a inclinar la voluntad en un sentido u otro. Las decisiones de una persona cuando está bajo presión fácilmente pueden caer en errores o inconsistencias. Esto es porque su marco cognitivo se distorsiona por el estrés. Las emociones sufridas por dichas fallas pueden crear un patrón de comportamientos delimitados por una autoestima lastimada.

Grandes empresas se han dedicado a estudiar sistemas de marketing funcionales mapeando las áreas y procesos del cerebro. Así, diferentes consultores para el mercado y para la política construyen y eligen los elementos que deben tener los anuncios, las noticias y las formas simbólicas a fin de elaborar mecanismos de comunicación eficaz de acuerdo al resultado deseado. 

Estos objetivos pueden medirse con la estadística porque aunque en los individuos pueden variar las respuestas inducidas, en masa, se generan tendencias que pueden ayudar a inducir la respuesta personalizada. Netflix por ejemplo, debe mucho de su éxito a estudios hechos por antropólogos. Recabando datos cualitativos y contextuales, fueron más allá del Big Data.

Sea para negociar uno a uno o para establecer una agenda hacia una colectividad, los consultores suelen tomar muy en cuenta además de los antecedentes, el “timing” (“timing is everything”), porque la elección del momento implica el dominio de la escena, y los elementos simbólicos (tradicionales o disruptivos) a desplegar porque influirá en la conducta de la otra parte.

LA INFORMACIÓN

En las últimas décadas, la forma en que consumimos información de todo tipo es relativamente nueva, vertiginosa. Derivado de las nuevas tecnologías de comunicación masiva y de manejo de información se han generado nuevas áreas de competencias.

En la política y en la guerra, en términos estratégicos, los especialistas señalaban 5 espacios para ganar una batalla o dominar una guerra:

  1. Aéreo
  2. Terrestre
  3. Marítimo
  4. Espacial
  5. Cibernético

Sin embargo, Occidente ha reconocido que para combatir la guerra política que están haciendo los adversarios (mediante una guerra híbrida) tienen que estudiar sus métodos: un nuevo espacio de dominio en la guerra:

La guerra cognitiva

Una combinación de diferentes conocimientos y técnicas en la que la forma de pensar del individuo es el campo de batalla.

La desinformación es la clave junto con la guerra por la atención y las emociones. Se han modificado la manera en que los cerebros de las nuevas generaciones pueden prestar atención, concentración y análisis. No se puede ser ingenuo, por supuesto que la desinformación y magnificar eventos vendrán de las diferentes partes en conflicto. 

UNA PISTA...

...para ganarle al adversario político (esto es, no caer en su estrategia de manipulación):

  • Definir metas comunes con los socios ideológicos.
  • Establecer objetivos particulares con un plan de acción circunscrito temporal y materialmente.
  • El contexto de estas metas y objetivos debe ser bajo una agenda propia.
  • La autocrítica constante es crucial para observar si se ha extraviado el rumbo.
ADDENDA
  1. El diálogo sirve para ampliar el horizonte propio del conocimiento.
  2. El debate está para mostrar y convencer al interlocutor y/o a la audiencia sobre la viabilidad o importancia de nuestras posturas a partir de datos, hechos y juicios de valor.
  3. Al buscar inducir mediante razones y emociones, no se debe tratar al adversario ideológico como enemigo ni reducirle su dimensión humana; hacerlo es propio de procesos fascistas que solo pueden culminar en violencia y aniquilación.
  4. Tiempos convulsos requieren liderazgos que tengan claridad en la mente y fortaleza o estatura moral.
  5. El voto de confianza es el objetivo simbólico y real, sea para la persona, idea o proyecto.
Ángel Márquez Díaz

Abogado, analista político. Ha sido consultor político y jurídico para legisladores, políticos, empresas y colaborado en gestión de relaciones públicas.