Nueva Era

Sheinbaum, en la trampa de Trump

Pablo Hiriart DETONA: El impuesto a las remesas es parte de la furia antiinmigrante de Donald Trump y de buena parte de los estadounidenses. Pero la política fiscal es decisión soberana de cada país.
https://vimeo.com/1091444957

Los vándalos que causaron destrozos e incendiaron vehículos con la bandera de México en las manos en el centro de Los Ángeles le hicieron un enorme favor a Donald Trump: desviaron la atención de su costosísimo pleito con Elon Musk, le permitieron cargar contra el gobernador demócrata de California, y pusieron en las pantallas de todo Estados Unidos a los migrantes como energúmenos violentos.

La mala asesoría que la presidenta Claudia Sheinbaum tiene en materia de política exterior ha puesto a México, otra vez, como el payaso de las cachetadas de Donald Trump y sitúa a nuestros connacionales en Estados Unidos en una grave situación de vulnerabilidad.

Hace un par de semanas (el 24 de mayo para ser precisos), desde San Luis Potosí, la presidenta lanzó una amenaza al gobierno de Estados Unidos: “Vamos a seguir informando, porque de ser necesario nos vamos a movilizar, porque no queremos que haya impuestos a las remesas de nuestros paisanos de Estados Unidos a México, que atienden a los más necesitados”.

Pues ya se movilizaron.

Y ninguna de las consecuencias de esa movilización (vandalismo, en realidad) beneficia a los millones de mexicanos que trabajan en Estados Unidos.

Tampoco favorece a los mexicanos que viven en México.

Lo que vimos el fin de semana en Los Ángeles sólo favorece a Donald Trump y a sus partidarios más exaltados y antimexicanos, pues da alicientes para justificar la aplicación de mano dura contra los latinos y lleva la discusión política al único terreno en el que Trump lleva las de ganar: la migración.

Grupos de vándalos se movilizaron de manera organizada, iban preparados para hacer daño, y posiblemente despierten la euforia malsana de grupos racistas, también violentos, que se ensañan contra mexicanos que trabajan de manera honesta en Estados Unidos.

¿Cómo que de ser necesario nos vamos a movilizar?

Hasta ahora no hay pruebas de que las movilizaciones violentas en la urbe californiana sean una resultante de la exacerbación de los ánimos que hizo la presidenta y su amenaza irresponsable, o que sean algo orquestado desde Estados Unidos para que Trump haga una carambola de tres bandas.

De todos es sabido que Morena ha puesto más interés en crear células partidistas en Estados Unidos que en aprovechar su mayoría en las cámaras legislativas para fortalecer la red consular que protege y orienta a los paisanos en el país del norte.

Aunque no hayan sido las células morenistas las que promovieron los desmanes del fin de semana en Los Ángeles, la amenaza de la presidenta ahí está.

Dio un pretexto ideal a la retórica trumpista para actuar contra “la amenaza mexicana”.

Quien la haya asesorado para la estrategia del chantaje, le hizo un daño a México y a ella.

El camino de la firmeza y el diálogo político con Estados Unidos no pasa por la extorsión. Que a la CNTE le resulte bien ese método para doblegar al gobierno federal, no quiere decir que el modelo de presión callejera se pueda aplicar con éxito en otros países.

Desde luego que el impuesto a las remesas es parte de la furia antiinmigrante de Donald Trump y de buena parte de los estadounidenses.

Pero la política fiscal es decisión soberana de cada país.

La presidenta de México cayó en un acto de injerencia grave con la amenaza de movilizaciones y por su intervención en los asuntos internos del gobierno de Estados Unidos. Se trata de un impuesto local.

Otro favor que le hace a Trump, no por malicia, sino porque está mal asesorada en política exterior.

Es válido realizar labores de cabildeo y ejercer presión a través de la negociación política. Pero alguien le recomendó a Claudia Sheinbaum que eligiera una vía arrogante y retadora frente al poderoso vecino del norte que si algo busca es pleito con los mexicanos.

Trump pone impuestos “compensatorios”, es decir aranceles, a las importaciones de países donde existe el IVA. Ahí está la discusión en prácticamente todo el mundo contra la postura del gobierno de Estados Unidos: el IVA no es un gravamen al comercio exterior, sino que es un impuesto local y todas las naciones tienen derecho a establecer su política fiscal interna, sin interferencias.

En estos días hemos oído a la presidenta denunciar intentos de injerencia extranjera “inadmisible” donde no la hay (las observaciones de la OEA en relación con la elección del Poder Judicial), y la vemos intervenir por vías no diplomáticas en los asuntos internos de otros países.

Alza la voz, con toda razón y pleno derecho, contra las redadas de Donald Trump para deportar migrantes en Estados Unidos, en las que se violan derechos humanos.

Pero ni ella, ni su gobierno, tienen autoridad moral para protestar mientras permanezcan en la impunidad las autoridades del gobierno anterior, AMLO incluido, que permitieron que cerca de medio centenar de migrantes centroamericanos murieran quemados vivos en una cárcel improvisada en Ciudad Juárez.

Todos impunes.

Los que tenían a su cargo la gestión de la migración dentro de México, y el que los protegió para que la ley no los alcanzara luego la tragedia de más de 40 seres humanos: incinerados vivos en instalaciones bajo control federal.
https://vimeo.com/1091496933
Pablo Hiriart

Nacido en Chile, emigró a México a fines de los 70. En 1980 inicia su etapa como reportero del semanario Proceso y del diario La Jornada antes de formar parte del equipo de comunicación del gobierno federal.
Desde el año 2016, participa en México Confidencial en Azteca 13, en Proyecto 40 y es Director General de información política y social del diario El Financiero, donde escribe la columna "Uso de Razón".