Consolaos pueblo mío
Tres años humanidad se han ido a la basura.
Ningún sistema escolar funciona. Tampoco pueden subsanar. Ni siquiera cubrir los errores.
Los alumnos de los años iniciales carecen de los elementos base. Desconocen de las habilidades como la relación adecuada con el alfabeto.
Sus maestros hacen doble chamba. Los infantes no saben leer ni escribir. Apenas relacionan las letras sueltas. Sin poder hilar los enunciados enteros.
Devorados en la tortura de los padres. Las frustraciones sin resolver los exámenes o los ejercicios cotidianos.
En matemáticas, otra de las áreas fundamentales, casi en el tercer grado están memorizando las tablas.
Cada trimestre es una simulación. Las calificaciones no reflejan las competencias reales. Descarrilados los aprendices primarios llevan esa parte apagada de ciencia.
El consuelo de muchos es el resultado de los tontos. Ahora hay miles con TOC, cristal, disléxicos y similares.
En la república del descorazonamiento cruzan los grados. Llegan a una meta ficticia. Solo han aprendido las majaderías de los influencers argentinos y españoles. A quienes siguen en sus tablets.
Nada de la transversalidad de la sabiduría, muy a pesar de los indicadores reales, se hacen públicos.
Más de la mitad de los inscritos en los grupos deberían recursar o regresar varios grados. Reiniciar el sistema escolar. Ese tapón estallará en pocos años. Al enfrentar los exámenes de oposición para ingresar al bachillerato.
Les asignaran en preparatorias técnicas, fuera de los sistemas de las universidades públicas. Con la venta de estudiar y trabajar es la base del progreso.