El nuevo charlatán

Tan alejada de toda la movida financiera. La república de Argentina juega en cancha ajena. El balón se mueve en arenas movedizas.

Los militares despedazaron a la población civil. Los opositores estudiantiles terminaron en el mar. Solo las madres de la Plaza de Mayo han resistido al paso de las generaciones.

Con las purgas también llegaron los perdones presidenciales. Contados los casos legales. Perdón a los lobos. Toda la manada disfruta de los frutos del saqueo.

Argentina da a luz los personajes más intensos de toda Latinoamérica. Perón, Evita, Maradona, Monzón hasta los Fabulosos Cadillacs.

En las iglesias se adora al futbol. De ahí han brincado a la política. Desayunan balón, comen los chascarrillos de las jornadas en proceso. Cenan alineaciones para la siguiente disputa.

Tan europeos y mestizos. Solo Buenos Aires cosmopolita. Hasta para sus villas cartoneras. Los desheredados de la tierra. Los humildes de la patología triunfalista.

Desde Menem con su primer mundo. Quien apuesta al peso pierde. Solo el dólar detiene la inflación corrosiva.

Javier Milei, el candidato puntero para la segunda ronda, es una broma. Desea repetir el mismo proceso histórico. Graduado con honores en las canchas y en los comentaristas deportivos.

Milei refleja el caos y la locura. Nada frena la inflación. El hambre con rostro humano saquea los supermercados.

Argentina es el accidente de los italianos, españoles y alemanes fugados de la pobreza europea. Van de nuevo, sin necesidad de tarot o consultas de Wall Street, a la podredumbre social.

Esta película solo cambia de humorista y charlatán. Eso es. Les sobran motivos para la pesadilla disruptiva de Javier Milei. Solo el caos.