La cuesta lo que cuesta

Escamoteamos el afecto por baratijas. Libera al espíritu caminar con bolsas enormes. Como en la fallida bonanza de los años 70 y 80 del siglo pasado.

Preocupa los bolsillos. No ha sido un año nada fácil. Los incrementos vienen en cascada.

Desde el fatídico predial. Siempre por encima de la inflación. Los municipios hacen cálculos dolosos. Quienes más tienen siempre pagan. Lo hacen conociendo la laguna legal. En expeditas y siempre victorias legales.

Nosotros vivimos al día. Como el 98 % de la población. Avenidos a la repartición programada. La angustia comienza desde el 20 de noviembre.

En el buen fin. Compras superfluas. Sin sentido. En la frontera norte la ampliación de la franquicia por persona. El famoso Black Friday texano. Vamos por las novedades electrónicas.

Drones, televisores, ropa de marca y el acostumbrado paseo anual por los outles de San Marcos.

Saludamos al vecino moroso. De varias tenencias vencidas. A la presumida de la cuadra. Quien se surte en las tiendas de buena voluntad. Aspiramos a vivir por encima de los ingresos quincenales.

Escamoteamos el afecto por baratijas. Libera al espíritu caminar con bolsas enormes. Como en la fallida bonanza de los años 70 y 80 del siglo pasado.

Hasta el aroma de las gasolinas es diferente. Aspiramos con gusto el contaminante. Esto es calidad, les decimos a nuestra familia.

El fin de semana sirve para recordar al año viejo. La caída de las últimas hojas del calendario. Eso y la canción de Beny Moré, pero ahora en la versión de Celso Piña e Inspector.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.