La nueva nomenklatura

Gerson Gómez DETONA aquí: Otorgar la confianza por Clara y Waldo supera la juventud trivial de Mariana y Félix.

Su discurso está cargado de ciego optimismo. Como también de odio. Los anuncios pagados en las redes sociales publicitan la vorágine de vida espejismo.

Desea Samuel Alejando García Sepúlveda colocar en el senado a su veinteañera e inexperta esposa. La fórmula uno de paridad lisonjera. El otro, el compañero, el Sancho Panza del gobierno, Félix Arratia.

Ninguno de los dos puede ni debe ser tomado en serio. La broma infinita debe llegar a su fin. Nuevo León es un estado serio, progresista y voluble. Casi bipolar y esquizofrénico.

Incluso de ser candidatos de Movimiento Ciudadano, la cortinilla de la vergüenza política debe caer. La oficina de Mariana cuenta es costosa e inútil. Distrae la agenda dolorosa de inseguridad, corrupción, falta de agua e ingobernabilidad en lo local, el congreso y el estado.

Para esa formula en proceso de desafinación, MORENA debe y lo hará con dos personajes difíciles de vencer.

Clara Luz Flores y Waldo Fernández tienen mucho oficio. Contrapeso incluso para destruir la poca inteligencia emocional de Samuel Alejandro.

Waldo y Clara cuentan con la anuencia del centro del país.

Ambos, en la mediana edad, los precede su hoja de vida. No son engreídos, tampoco el monstruo de la banalidad los ha consumido. Aun con las reservas en tramoya de los compromisos de Waldo y Clara, con Cemex y Abel Guerra.

De elegir entre estas dos fórmulas, sin importar quien lance el frente opositor primitivo, otorgar la confianza por Clara y Waldo supera la juventud trivial de Mariana y Félix.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.