Romántico desliz

Gerson Gómez DETONA aquí: Migajeros de negocios amparados en el claroscuro del poder. Venga de donde sea...

Apostatas de la democracia. Desde el nacimiento del pacto con México. Las tres fuerzas políticas se fueron a la cama con el ogro filantrópico.

Bailaron la danza del oso. Cortaron la cabeza del profeta. Le dieron migajas a su militancia. Los fotoperiodistas apuntaron con sus lentes. Sonrisas fingidas en el modelo de hacer política y negocios.

De la derecha radical no hay sorpresa. Tampoco de la izquierda simulada.

El Partido de la Revolución Democrática representa la rutina de revisión de un auto desvielado. Sus dueños, la corriente menos decente, la Nueva Izquierda de Jesús Zambrano y Jesús Ortega, carecen de legitimidad absoluta.

Sus pocos activos, Miguel Mancera o Silvano Aureoles, defenestrados en la simulación doctrinante. Ni siquiera lograron juntar las firmas para conservar la forma.

La rabieta de pausar el frente opositor tampoco es valiosa. La mayoría de los estados carece de registro estatal. Perdieron la vergüenza. Impusieron y relegaron desde el 2006 a las huestes del ahora presidente.

Plato frío es la venganza. MORENA se llevó la sumatoria de todos los miedos del PRD.

Con un edificio hipotecado verbigracia a la función de Rosario Robles presidiendo de la mano de Carlos Ahumada, el aroma a podredumbre social, colado en la estructura partidista.

No se han levantado. Tampoco lo harán en la siguiente elección federal. Desean espacios plurinominales. En lugares donde la franja de riesgo no les queme los pies.

A eso aspiran. Vivir de las prebendas. Continuar en la hamaca social. Migajeros de negocios amparados en el claroscuro del poder. Venga de donde sea.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.