The sunny days

Gerson Gómez DETONA: Nuestra estructura social sintoniza la singularidad de la cristiandad.

El peinado es el nuevo estatus de la supervivencia. A lo largo las tumbonas. Kilómetros de piel asoleadas. 

Desde la primera hora. Apenas despunta el alba. Los cazatesoros con detectores de metal.

Nalgas destapadas. La polaridad de los sexos. Pasó el spring break de los gabachos.

Todos los días de fiesta en Cancún. Reventar hasta la inconciencia. Blanquísima arena. Fina. La criba organizada por los hoteleros.

Nada de sargazo. Afea los millones de postales. Un viaje al interior del México Maya.

Hay quien reza la indisposición por exceso de bebidas. Destapa la lata. En un solo trago la personalidad sale a flote.

Esto es vida. Algo parecido a la naturaleza espeluznante. Del todo incluido.

Comer alimentos solidos le resta valor a la constancia del desenfreno.

Al estudiantado nacional las familias nucleares les resta apogeo.

Niños abstenerse de incomodar a los exhibicionistas. Todo el año se trabaja en los gimnasios. Músculos flácidos deprimen hasta la tertulia con los rezagados.

Primavera abultada en billetes. Las propinas conminan al territorio libertario de la bonanza.

Los Cabos y Cancún son para quienes, sin necesidad de abandonar el país, se duchan en el coro de sirenas y tritones.

Al catamarán la contemplación celestial del caribe o del Mar de Cortés. Disculpe señor presidente, del Golfo de California.

Nuestra estructura social sintoniza la singularidad de la cristiandad.

Omnipresente el tequila nacionalista, el vodka de dudosa precedencia y la cerveza de la explotación económica.

En este ecosistema solo "buenas vibras". A los hippies les queda Sayulita, Zipolite, Puerto Escondido y Huatulco.

En el almanaque histórico de la bonanza solo Acapulco es bello.

Mazatlán de las pulmonias, Puerto Vallarta de la diversidad sexual y Tampico con sus charcas de chapopote, son aldeas donde se malpasan los mártires de la economía reducida.

Del tamborazo multidecimal, la cumbia zarrapastrosa y la chica haciendo trenzas.

Nada más corriente y deslucido a los tatuajes de Henna.

Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.