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Arise: the beast

Desencadenada the beast ruje. Paul Di Anno cumple. La cerveza y los tacos al pastor se pagan aparte.

Sepsis. complicación que tiene lugar cuando el organismo produce una respuesta inmunitaria desbalanceada, anómala, frente a una infección.

Ambas piernas de Paul Di Año lucen la enfermedad. Duele verlo postrado en silla de ruedas. Su rostro duro, enérgico, en caída libre.

Horas antes, en la ciudad de México, cuatro melodías del Iron Maiden y Killers. La altura y la contaminación sofoca hasta los mismos habitantes.

Paul ya no es el espigado punk metalero. El sobrepeso y la bacteria oportunista han disminuido su cuerpo. Las garras del león doliente le agobian. Se rinde. No puede más.

La gira aun continua. Monterrey del 26 de marzo en el Café Iguana.

Morbo. La contrainformación es demoledora. El escenario no cuenta con acceso para personas con discapacidad.

Hojas de madera estilo los juegos de Factor X. Paul deberá ser elevado dos metros del piso. Muchas libras recorridas en todos los continentes. El inglés naturalizado brasileño quiere cumplir con el contrato.

A las 22:15 horas sale de la oficina contigua. Lleva cigarrillos y dos equis verde. Se santigua. La bestia apostata se juega el prestigio. Primero cuatro, cinco, los mexicanos somos ingenieros de la creatividad.

A vuelta de rueda, no tocar su pierna derecha o Paul les maldice en la lengua de Shakespiere.

La tensión, esa carga emotiva y eléctrica, va en aumento. Pandea la última lamina. Resiste lo suficiente. La silbatina y el efecto esperanzador lo eleva hasta sus músicos.

Ellos tocan el intro. Paul pide le den la vuelta hacia el público. Da el sorbo a la cerveza.

Desencadenada the beast ruje. Paul Di Anno cumple. La cerveza y los tacos al pastor se pagan aparte.