Barbie / EUA e Inglaterra, 2023
Hay señales de una crisis en Barbie Land: Barbie Estereotípica ha comenzado a dar señales de ser humana. La única forma de regresar a ser la muñeca perfecta es ir al mundo real y entender que está pasando con ella.
Lo que parece ser una película tonta desde los cortos a su implementación e ideas, pues sí, resulta ser una película absurda en el buen sentido del vocablo y es una perfecta interpretación de la muñeca Barbie de Mattel, creada por Ruth Handler, que vio primera luz en 1959.
Margot Robbie interpreta a Barbie en un océano de Barbies y rompiendo su estilo de puro drama, Ryan Gosling como Ken, el acompañante de Barbie.
Y todas las Barbies y todos los Kens habitan felizmente Barbie Land.
La comedia nos lleva del surrealismo de Barbie Land a lo bizarro del mundo real con un jefe del corporativo de Mattel digno de tener su propio muñeco (Will Ferrell, genial como siempre) con un paisaje de Los Angeles dominado por un gigantesco edificio que nos recuerda que Warner Bros es propiedad de la empresa Discovery.
Pisos donde fantasmas tienen sus propias oficinas y cajas gigantes para encerrar a los juguetes que osan escapar de sus dominios.
Sí, la comedia es surrealista y predominan a veces los chistes extraños, como una voz que rompe la cuarta pared y le dice al público un apunte que no dudo fue real durante la preproducción de la película.
Se supone que tiene un lado “serio” con Barbie encontrando a la dueña de Barbie Estereotípica (America Ferrara) y las lecciones de la vida que intercambian entre ellas.
Pero en sí la historia, dirigida y escrita por Greta Gerwig (Mujercitas, Lady Bird), oscila entre afianzar que sí, la muñeca Barbie es un estereotipo y por igual, Barbie es un ícono de la cultura americana, se quiera o no, se rechace o no a la muñeca.
Claro que no se va a tocar de manera formal el tema de una rebelión en Barbie Land, Barbies contra Kens a como avanza la historia ni mucho menos filosofar sobre el punto de que Barbie y todas las Barbies deben empoderarse.
El chiste es divertirse viendo el “choque cultural” de Barbie en el mundo real o Ken descubriendo que el hombre manda acá de este lado. O tratar de implementar ideas revolucionarias en su universo.
De nuestro lado de la pantalla es ver todas las Barbies habidas y por haber, descontinuadas, clásicas, modelos extraños que ni se sabía que existían, modelos absurdos creados al momento por conveniencia (“deja dinero, adelante con la producción”).