¿Un general en la presidencia?

Señor presidente, usted ha decidido corromper al Ejército y a la Armada, colocándolos en el rejuego del poder... ¿La pregunta es para qué?.

¿Señor presidente: díganos de una vez qué quiere?

Si en su gobierno –como usted asegura– todo es público y transparente, entonces confiese por qué y para qué quiere militarizar al país.

Deje de jugar al embaucador. México vive un proceso evidente de militarización ahora coronado con la adscripción de la Guardia Nacional al Ejército y con el intento de que las Fuerzas Armadas estén a cargo de la seguridad pública hasta el 2028.

Les ha entregando posiciones estratégicas de seguridad –como puertos, aeropuertos y aduanas– donde se mueven importantes cantidades de dinero. Los ha puesto a cargo de los negocios de obra pública más importantes del sexenio.

Tal parece, señor presidente, que busca crear una nueva clase “empresarial- militar” sobre la que puedan construirse lealtades a su gobierno. ¿Qué sigue –es pregunta– poner a un coronel a dirigir Pemex?

Las Fuerzas Armadas de México han sido un ejemplo de lealtad al país, hasta que usted llegó a la presidencia.

Mantenerse al margen de la ambición política y económica ha sido determinante para preservar la paz, la estabilidad institucional e impedir golpes de Estado.

Los mexicanos agradecemos al Ejército y a la Armada su integridad moral y apego a la ley. Pero ahora usted ha decidido corromperlas colocándolos en el rejuego del poder.

¿La pregunta es para qué?.

¿Por qué tiene un gabinete de “medio pelo” que lo obliga a echar mano de la preparación de los militares para resolver problemas que no pueden solucionar funcionarios con “95 por ciento de lealtad” a su persona, o porque pretende convertirlas en el principal sostén de su autoritarismo reeleccionista?

¿Está usted envenenando el discurso de las Fuerzas Armadas? Obliga al Secretario de la Defensa a adoptar actitudes amenazantes sólo permitidas en ejércitos que responden a dictaduras.

El general Luis Crescencio Sandoval hizo un llamado a “discernir” de quienes con cometarios tendenciosos generados por sus intereses y “ambiciones personales” pretenden apartar a las Fuerzas Armadas de la confianza y el respeto que tiene los mexicanos al personal militar, “cuya misión es servir al país”.

Quien está dividiendo al país y a las Fuerzas Armadas –General Sandoval– no son quienes opinamos para defender la democracia y el Estado de derecho, sino quien está sentado en la silla presidencial. Ustedes, los militares, deberían poner un alto a la aviesa intención de confrontar al Ejércitocon la Marina, de ponerlos a competir por privilegios y espacios de influencia.

No caigan en la tentación de tener ambiciones políticas porque en ese momento van a abrir las puertas del infierno. ¿O acaso, es precisamente, lo que está detrás de la militarización?.

Las Fuerzas Armadas llevan dos sexenios y medio en las calles y no han resuelto la violencia e inseguridad.

De aquí al 2028 nada cambiará. Seguirán operando bajo la consigna de los “abrazos, no balazos” para garantizar impunidad y protección a los delincuentes cómplices del régimen.

¿Cuál es, entonces, la verdadera razón de dar tanto poder económico, administrativo y de fuerza a los militares?

¿Acaso, señor presidente, busca que un General sea su sucesor? ¿Ya se dio cuenta que Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López son dos liderazgos muy frágiles que no podrían cuidarle las espaldas una vez que deje la presidencia?

Si es así, tiene razón en preocuparse. Se acumulan adentro y afuera del país  expedientes en su contra que podrían llevarlo a juicio. Ese siempre ha sido el final de los dictadores.

Beatriz Pagés Rebollar

Directora general de la Revista “Siempre”, una de las más influyentes de México, fundada en 1953 por su padre, Don José Pagés Llergo. Ha formado parte de los equipos de Televisa, Canal 11, Multivisión, CNI, Canal 40 y es comentarista política de numerosos medios. En 2019 renunció al PRI, donde militó gran parte de su vida.