Siete Puntos

Los peligros de la zalamería

El pasado lunes, en La Mañanera, la gobernadora de Campeche nos dio una muestra de este fenómeno.
1.

Un amigo se puso a dieta para la boda de su hija, pero no siguió al pie de la letra las estrictas indicaciones de la nutrióloga: se dio muchos permisos para transgredir el protocolo asignado. Llegado el día del evento, y con más dudas que esperanzas, se subió a la báscula y corroboró que no sólo no había bajado de peso, sino que había aumentado.

Con dificultades sudorosas logró endosarse un smoking rentado para la ocasión, al tiempo que su esposa le decía: ¡felicidades, mi amor, te ves más delgado y guapísimo!

2.

¿Es invidente su señora? De manera alguna. Pero el amor y la delicadeza hace que muchas veces digamos mentiritas piadosas, exageraciones bondadosas o reducciones compasivas, con tal de elevar la autoestima o suavizar las penas de otra persona.

Una dama que ya ronda los 90 años de edad, y de seguro con problemas auditivos, me dice cada vez que asiste a una de mis misas: “usted canta como los ángeles”. Ella y yo sabemos que no es cierto, pero ambos esbozamos una sonrisa cómplice, celebrando la delicada quimera.

3.

La zalamería es otra cosa.

La RAE la define como una demostración de cariño exagerada, y a veces empalagosa, generalmente para conseguir algo. El pasado lunes, en La Mañanera, la gobernadora de Campeche nos dio una muestra de este fenómeno.

La modulación y las alegorías empleadas por la funcionaria se equiparan a las dispensadas por quien adora a un semidios cualquiera, convirtiendo al primer mandatario en un ser iluminado, místico.

Leamos: caballo de fuego, profeta de sandalias humildes, poeta innovador, hijo del rayo restaurador…
4.
… y de los cuatro puntos cardinales, líder sin temores y desafiante, y un meloso etcétera.

¿Estamos sólo ante una explosión de cursilería, la profesión adolescente de una fiel admiradora, o el incienso verbal de una discípula extasiada? No lo creo.

Acorde al sentido de la zalamería, lo expresado por la que fuera diputada federal del PRI excede el natural cariño de una correligionaria, y pone en tela de juicio la dignidad de su cargo, por la sumisión pública de un poder estatal -gobierna para todos los campechanos- al federal.

5.

El culto a la personalidad envilece a quien lo profesa y al que lo acepta.

La primera, evidencia su interés en quedar bien con el halagado, rebajando su decoro personal e institucional; le cierra por completo cualquier posibilidad de ver con ojos críticos la gestión de su líder, cegándose a los posibles errores que cometa; y alimenta el ego del alabado, ya obeso no sólo por la naturaleza de su cargo, sino también por las continuas loas que recibe de sus simpatizantes.

Vaya. No le hace favor alguno y, por el contrario, le perjudica.

6.

Quien admite las lisonjas zalameras también se ve lastimado, por más paradójico que suene. Y es que se lesiona su contacto con la realidad, poniendo una venda sobre sus fallas y encumbrando los aciertos; le priva de la posibilidad de cambiar rumbos cuando es necesario, y omite la sabia práctica de la humildad.

Bien haría AMLO si designara a un empleado que le dijera al oído memento mori (recuerda que morirás), frase utilizada por algún siervo para hacerle ver a los generales romanos, al regreso de la victoria, la precariedad de la vida.

7.

Cierre icónico.

El Consejo Ciudadano del Instituto Nacional de Migración -que depende de la Secretaría de Gobernación- solicita al Presidente de la República abstenerse de llamar “albergues” a las Estaciones Migratorias y las Estancias Provisionales para migrantes, que en realidad son prisiones.

Lo mismo afirman los obispos mexicanos.

La reciente tragedia arrojará culpables menores, pues hay que publicar alguna foto con ellos.

A los verdaderos responsables, a quienes cedieron a los caprichos de Trump en materia de migración, no se les tocará.

Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).