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Té y galletas: su arma de salvación

Mujer israelí se salvó del grupo terrorista Hamás por su amabilidad y astucia, ya que al irrumpir su casa, les ofreció de merendar...
Una abuelita de 65 años la supo jugar muy bien con los terroristas, ¡mis respetos por su valentía!.

Ella evitó que Hamás la matara a ella y a su esposo al atenderlos como invitados, ya que al ofrecerle las galletas y el té, la tuvieron como rehén, sin hacerle daño por 17 horas.

Esta historia de película es de una verdadera heroína que se llama Rachel Edri.

La misma Rachel cuenta que ese 7 de octubre llegaron a su casa de Ofakim, pero ellos aprovecharon el buen trato y disfrutaron de la meriendita, hasta que afortunadamente llegaron los soldados israelíes a salvarlos.

“Observé cinco hombres armados ingresar a mi casa por la ventana. Comenzaron a gritar ‘¡Shahid! ¡Shahid!’ [¡Mártires! ¡Mártires!] Pensé entonces, ¿qué hago ahora? Pensé en correr hacia la puerta, pero me hubieran disparado por la espalda”, dijo.

"Tomaron nuestros celulares, los rompieron, nos amenazaron con las pistolas. Abrieron los armarios, tiraron todo afuera. Vieron los uniformes de la policía de mis hijos. Comenzaron a gritar: ‘¡¿Dónde están tus hijos?!’ Les mentí, les dije en Estados Unidos”.

Y así fue que se salvaron...

Rachel cuenta que uno de los terroristas le dijo que le recordaba a su madre y ella muy inteligentemente aprovechó esa situación.

 “Usted me recuerda a mi madre, me dijo por lo que yo le respondí que soy realmente como tu madre. Puedo cuidar de ti. ¿Qué necesitas?"

“Les dije si querían té, café y galletitas. Me dijeron que sí. En parte quería sobornarlos”, dijo Rachel.

Luego de haberlos alimentado quería seguir ganando tiempo y les dijo: “Ustedes podrían enseñarme árabe y yo les enseño hebreo”, les dijo. Y después les preguntó:

“Díganme, además de ser shahid, ¿qué otra cosa hacen?”.

Después de 17 horas, la mujer y su esposo fueron rescatados, pero ella señala que desde entonces no puede dormir del impacto.

 “Cada vez que cierro los ojos veo a los terroristas. No puedo volver a mi casa porque no existe más una verdadera casa, ellos la hicieron un pogromo”.

Sin duda será una experiencia que quedará marcada por el resto de sus vidas y que seguirá impactando a lo largo de la historia moderna.