Siete Puntos

¿Personal o social?

A la 4T no se le da mucho la sensibilidad.
1.

En mis clases de filosofía insisto en que saber distinguir entre lo objetivo y lo subjetivo, y entre la esencia y la existencia, ya nos coloca en la vía del filosofar de manera académica.

En el terreno de la ética hay una distinción que también es fundamental: entre lo personal y lo social, y que se expresa en los llamados bien individual y bien común.

A diferencia de la primera elucidación, que puede parecer inocua, esta segunda es clave a la hora de tomar decisiones, tanto en los ciudadanos como en las políticas públicas a cargo de los gobiernos.

2.

El problema no es nuevo. Recordemos cuando comenzó este esfuerzo por librar de fumadores a los espacios públicos.

Se trataba de armonizar, si es que era posible, dos legítimos derechos: el de la persona que fumaba, libre para afectar su salud si así lo deseaba, con el de la comunidad, también merecedora de respeto a sus pulmones. Así, se fueron creando disposiciones que buscaban no divorciar ambas voluntades.

En aeropuertos y otros lugares públicos hay sitios asignados para quienes convierten su boca en chimenea.

3.

Ahora que estamos en medio de esta tercera ola coronavírica, o de una primera prolongada según especialistas mexicanos, vuelve a ponerse sobre la mesa el tema de algunas obligaciones.

En nuestro país no hemos sido tan estrictos, por ejemplo, con el uso del cubrebocas.

Se exige para entrar a ciertos lugares, pero no para utilizarlo en la vía pública.

Pronto tendremos que enfrentar lo que en otros países ya es una urgencia: ordenar la vacunación a riesgo de penalizar a quienes se resistan -por las motivaciones que sean- a recibirla.

4.

Ha circulado de manera profusa un mensaje del presidente francés:

Ya no tengo ninguna intención de sacrificar mi vida, mi tiempo, mi libertad y la adolescencia de mis hijas, así como su derecho a estudiar adecuadamente, por quienes se niegan a vacunarse. Esta vez ustedes se quedan en casa, no nosotros.

Aunque la frase fue publicada por diferentes medios impresos, franceses e internacionales, y calificada como falsa por algunos portales electrónicos, el texto nos sirve para la disyuntiva que estamos planteando.

5.

Notemos que Macron habla en primera persona, más como padre que como gobernante, pero las restricciones impuestas a sus connacionales no manifiestan la reacción de un papá preocupado, sino la de un estadista que quiere incidir en el comportamiento de la población.

¿Tiene derecho a esas imposiciones? Y es que quienes se niegan a ser vacunados, además de razones muy cuestionables desde el ángulo científico, argumentan que la salud es algo personal.

En mi opinión no lo es, por el riesgo permanente de contagio alterno.

6.

A diferencia de otras enfermedades, en las que el único afectado soy yo -si me excedo en una comida sólo yo padeceré sus estragos-, en el caso que nos ocupa la afectación que yo sufra puede ser transmitida a otras personas.

Quien insiste en no vacunarse: ¿será lo suficientemente responsable para cuidarse de no contagiar a las demás personas, en caso de que él cargue con el bicho?

No lo sé. Lo cierto es que, según datos de la Secretaría de Salud, 9 de cada 10 hospitalizados por Covi19 en esta semana son no vacunados.

7. Cierre ciclónico.

Es evidente que a la 4T no se le da mucho la sensibilidad, y eso que su primera preocupación dice ser “los pobres”.

El Secretario de Salud acaba de declarar que “el interés por los medicamentos oncológicos es válido, pero exagerado”.

Habría que preguntarles a los niños con cáncer, expuestos a agravarse en su enfermedad por la ausencia de tratamientos, y a sus papás que peregrinan por dependencias gubernamentales en busca de una solución, si su interés por las medicinas es “exagerado”.

Padre Paco

El sacerdote José Francisco Gómez Hinojosa (Monterrey, México, 1952) es el actual Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey. Es diplomado en Teología y Ciencias Sociales por el Departamento Ecuménico de Investigaciones de San José, Costa Rica, y doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido profesor en el Seminario de Monterrey, en la UDEM, el ITESM, la Universidad Pontificia de México, el Teologado Franciscano, el EGAP (Monterrey) y la Universidad Iberoamericana (Centro de Extensión Monterrey).