La política: un juego complejo
Borrego dixit
Salvador Borrego, Ph. D.
La lucha por el poder, opus 3-47
IX-7-2022
La política es la lucha por el poder si no se tiene, y por conservarlo si se tiene, según se atribuye a Nicolás Maquiavelo.
Y el poder se busca por múltiples causas: desde las más elevadas hasta las más ruines; por ello es que la fauna política sea tan diversa, hay aves de distintos plumajes y no pocos pájaros nalgones.
En torno a la política se encuentran una mezcla de ideales e intereses, de sueños y pasiones, nobles e innobles, legítimos e ilegítimos. Es un juego fascinantemente complejo, donde pocas cosas que parecen son, al menos en el grado de pureza que se nos presentan.
Los años recientes, de intercomunicación ciudadana generalizada, donde todos somos emisores yreceptores de información y opiniones políticas, le ha dado a este fenómeno un grado aún mayor de complejidad; ya no solo tenemos locos populistas (Amados líderes, como dice Diego Fonseca), siempre al acecho para medrar en las inevitables insatisfacciones; también tenemos ciudadanos comunes que se convierten en celebridades, y se dirigen a sus millones de seguidores en las redes sociales, en nombre de “los ciudadanos”, o el Pueblo, como dicen los líderes populistas, haciendo más fascinantemente complejo el juego de la política.
Paradójicamente, en estos tiempos de polarización, de buenos y malos, los polarizados, inmersos en la nebulosa complejidad, lo ven todo clarísimo, sencillísimo, gobernar no tiene ciencia y extraer petróleo de las entrañas de la tierra tampoco (AMLO dixit) y oponerse a todo lo que AMLO desee es también la forma trivial y equivocada de ser un digno y confiable opositor, en la visión del polo opositor a la 4T.
Niklas Luhmann, el gran teórico de la complejidad, nos sugiere, para ver con un poco más de claridad a los modernos fenómenos sociales, desarrollar “mecanismos de reducción de la complejidad”, algunos sencillos como la confianza y otros más sofisticados basados en la ciencia y la tecnología.
Pues bien, mis Monitoreos y Cartas de Navegación Política son mecanismos de reducción de la complejidad, y por tanto se convierten, en los momentos más complicados para la comprensión, en faros de luz que nos orientan al puerto que buscamos.
Todo lo anterior viene a cuento, porque justo estas semanas en que las mediciones de opinión sugieren que AMLO está muy bien, observar esas mismas mediciones dándoles como marco de referencia a los Monitoreos, indican claros riesgos para la fortaleza política del presidente.
Por otra parte, en medio del diferendo entre los partidos de la alianza opositora “Va por México”, por el apoyo de la dirigencia priísta a la idea de extender la participación del ejército, por cuatro años más, en las tareas de seguridad pública, se especulan traición, negociación, se condena el hecho y se amenaza con la ruptura de la alianza.
¿Negociaron los dirigentes priistas?, no lo sabemos, pero podríamos suponerlo, y sería parte del complejo juego de la política pero, ¿qué es lo relevante en la lucha por el poder?.
Por supuesto que avanzar, ganar posiciones en el campo de batalla, que en una democracia, aún tan limitada como la que tenemos, es la mente de los ciudadanos.
Entonces debemos buscar alguna pista en los Monitoreos, y la más relevante es una clarísima Alerta Positiva para el PRI, en un indicador muy difícil de mover, que es la Identificación Partidista.
En consecuencia, debemos ver las cosas con mucho tiento; lo más fácil es darle curso a las pasiones, pero créanme que los mejores aliados de AMLO, en esta polarización por él atizada, son los intransigentes.
La política no es para berrinchudos e intransigentes, al menos no lo es para el bien de los pueblos, y la prueba más clara es que en el 2018 llevamos (aunque yo jamás voté por él) a AMLO al poder, con las terribles consecuencias que ahora sufrimos muchos, y sufrirán también muchos de los que ahora creen vivir mejor.