Movilidad, el gran reto
La movilidad, que debe generar un flujo eficiente de personas, bienes y servicios, es un gran reto que tenemos que resolver con urgencia.
Somos la séptima ciudad del mundo en la que los habitantes ocupan mayor tiempo en sus traslados, mientras que la Ciudad de México es la número 20. Esto es muy grave.
Del 2015 a la fecha, el crecimiento de la población es mucho menor que el del parque vehicular, mientras que por esos años inició el colapso en el transporte público.
La infraestructura vial y de transporte se estancó y no creció en la misma proporción.
En el 2015, con 4 millones de habitantes en la zona metropolitana de Monterrey, se utilizaban en el servicio 5,800 camiones y estaba por iniciar operaciones la Línea 3 del metro.
Actualmente, solo operan aproximadamente 2,000 camiones y las mismas tres líneas del metro, pero con 5 millones de habitantes. Por eso las largas filas en las paradas de transporte público, entre otros problemas.
Ante la pregunta de si deben subirse las tarifas para recuperar al menos el servicio que teníamos, la respuesta es: ¡la verdad, no!
En nuestro vecino país, Estados Unidos, el transporte público lo subsidia el gobierno como una forma de apoyar a las y los ciudadanos que están en mayor desventaja y que normalmente son los mismos usuarios.
El transporte público no puede ser tan caro; el gobierno tiene que apoyar a sus ciudadanos, asumir su responsabilidad, sumar a la flota camionera actual 5,000 unidades más para volver a los niveles de servicio que teníamos y establecer políticas tarifarias que no afecten a la población.
Considerando que la movilidad es la base del desarrollo económico de un estado, tenemos que trabajar a la par en el crecimiento de la infraestructura vial proporcional al crecimiento de nuestros municipios.
