La corrupción que no se fue
La corrupción fue tan horizontal y tan focalizada en la nueva clase política y empresarial de la cuatroté, que pensamos que el fenómeno se focalizó en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y no tuvo una vida transexenal, no es así.
Los favoritismos y las complicidades han continuado, con lo cual las sombras de nuevos actos de corrupción oscurecen el panorama que ha pintado la presidenta Claudia Sheinbaum.
Uno de los ejemplos es en el sector salud, donde las corruptelas, de acuerdo con fuentes de la industria, se mantienen volando alto.
Un botón de muestra, señalan, se encuentra en la licitación de pruebas del laboratorio sueco HemoCue, que son análisis rápidos y portátiles que miden el promedio de glucosa en la sangre durante los tres meses previos y se utilizan para diagnosticar y controlar la diabetes, que recientemente se licitó.
El concurso se abrió hace alrededor de tres meses y lo ganó Médica Teyco, que hizo la propuesta económica más elevada.
La licitación había sido convocada por el entonces director de Birmex, Iván Olmos, que no pudo ver su conclusión.
En abril, Olmos y otros tres funcionarios fueron cesados por la compra de medicamentos a sobreprecio en la licitación pública 2024-2025, por 13 mil millones de pesos, pero sólo se revisó su pasado, no lo que había dejado pendiente, como este concurso.
Médica Teyco, que tenía antecedentes de incumplimientos con el Seguro Social y la Secretaría de la Defensa, una vez más no pudo entregar ninguna pieza de las que se comprometió, venciéndose su plazo de entrega.
Conforme a las reglas establecidas, el contrato debió haberse entregado a la propuesta más económica, pero tampoco se hizo, al cancelarse esa licitación, debió haberse convocado a un nuevo concurso, pero tampoco se siguieron las normas.
Fuentes de la industria dijeron que la Secretaría de Salud decidió hacer una adjudicación directa a dos empresas hermanas: Sistemas Biomédicos de Diagnóstico, que atiende al sector público, y RQ Biomédica Mexicana, que hasta ahora sólo se enfocaba al sector privado.
De acuerdo con una fuente de la industria, lo que se busca es entregarles la clave completa de los medicamentos, lo que podrá corroborarse una vez que se anuncie oficialmente la asignación del contrato.
Dentro del sector hay una creciente molestia con Eduardo Clark, el subsecretario de Integración y Desarrollo de Salud, a quien la presidenta Claudia Sheinbaum ha responsabilizado de las licitaciones para resolver el problema del desabasto de medicinas.
La información que ha trascendido en el sector, que es muy hermético, es que no ha podido resolver el desabasto de medicinas, que ha provocado carencias en instituciones públicas y marchas por el incumplimiento de entrega de oncológicos en hospitales, en especial para niños.
En el sector ven que el nudo está en Clark, quien al ser el que recibe toda la información de los proveedores, las marcas, el producto y el precio para la toma de decisiones, controla todo el sistema de compras de medicamentos.
El problema con el subsecretario, señalan, es que ha hecho un filtrado de claves únicas, de patentes o con ventajas competitivas, que despierta sospechas y, aseguran, afecta a la mayoría de las empresas del sector.
Las conjeturas se apoyan en que durante el gobierno de Sheinbaum se ha notado una predilección por dos corporativos que encabezan Jack Landsmanas, Kosmos, y Aby Lijztain, Traxión, que cada vez tienen una mayor participación en el sector, que es la queja dentro del rubro de las medicinas.
El primero tiene una larga relación personal con Julio Scherer, exconsejero jurídico de la Presidencia de López Obrador, y su empresa fue vetada por el expresidente, por lo que calificó como una “mala reputación”, mientras que el segundo ha estado muy cerca del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, desde que era jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Ambos empresarios han ido adquiriendo una gran influencia en el actual régimen de la cuatroté.
Pese al veto de López Obrador, Kosmos –donde trabajó la actual secretaria de Energía, Luz Elena González– y Darobi, otra farmacéutica de Landsmanas, se convirtieron en parte del oligopolio de las medicinas.
Otro pilar de ese oligopolio fue Traxión, que a los tres meses de haber comprado una empresa experta en logística, Medistik, en 2022, obtuvo su primer contrato de distribución de medicamentos del Seguro Social.
La manera como Clark se ha ido inclinando por esos dos corporativos ha puesto la mirada del sector en el subsecretario, a quien están cuestionando por el manejo de las licitaciones.
La última, que fue una adjudicación directa que aún no se aprueba, es la que tiene que ver con el concurso que originalmente abrió Birmex, en donde destacan las pruebas de hemoglobina glicosilada de la empresa HemoCue, que es un contrato de todas las claves por al menos mil 200 millones de pesos.
Las sospechas sobre la transparencia de los concursos para el abasto de los medicamentos, y las puertas que se abren a posibles corruptelas, han sido expresadas en varios chats de ejecutivos de farmacéuticas, a los que se tuvo acceso, donde se habla de las instrucciones de Clark para otorgar la licitación de las pruebas portátiles para diabetes a Sistemas Biomédicos de Diagnóstico, que atiende al sector público, y a RQ Biomédica Mexicana, así como presiones a los proveedores.
La información que circula en esos chats de ejecutivos del sector plantea las dudas sobre las motivaciones para que, contrario a la ley, como aseguran, se estén manipulando concursos y adjudicándose de manera directa contratos multimillonarios, como se hizo en el gobierno pasado, donde laboratorios farmacéuticos que habían sido vetados del abasto de medicinas terminaron suministrándolas a mayor precio.
La corrupción no ha sido erradicada.
A la salida de Olmos y tres funcionarios de Birmex, Sheinbaum envió como director de la empresa del gobierno a Carlos Ulloa, una persona de toda su confianza desde que era jefa de Gobierno de la Ciudad de México.